Un total de 4.648 personas que residen en los márgenes de la PO-531 entre Pontevedra y Curro se ven expuestas a diario a elevados niveles de ruido, según el mapa que ha realizado la Consellería de Política Territorial sobre este vial y la afección que los niveles de contaminación acústica pueden tener sobre la población. El Diario Oficial de Galicia anunciaba ayer que el mapa está sometido a información pública desde ayer para que, en el plazo de un mes, podrá ser examinado por las personas que lo deseen con el objeto de formular las correspondientes observaciones.

Según el estudio encargado por la Xunta, estas 4.648 personas soportarían niveles de ruido por encima de los 55 decibelios. La normativa autonómica vigente establece niveles máximos permitidos que van desde los 50 a los 65 decibelios entre las 22 y las 8 horas y entre los 50 y los 65 decibelios entre las 8 y las 22 horas. De los cuatro concellos afectados por el estudio, Pontevedra, Poio, Barro y Meis, tan sólo la capital tiene una normativa específica en materia de ruidos y excluye de la misma a los que produce el tráfico.

Pues bien, en el tramo analizado, de estas personas 4.648 que soportan habitualmente una contaminación acústica superior a los 55 decibelios, un total de 147 están expuestos a niveles superiores a los 65 y 5 a tasas superiores a los 75, la máxima permitida por ley para zonas de servidumbre y zonas específicas con una actividad que justifique el elevado nivel de ruido.

Según el estudio de la Xunta, el número de edificaciones residenciales afectadas por estos altos niveles de contaminación acústica producidos por la carretera son: 583 por encima de los 55 decibelios, 147 superan los 65 y 5 inmuebles están por encima de los 75 decibelios.

Afección a viviendas

El estudio centra su atención en cuatro puntos del trazado por la especial afección a viviendas, las densidades de población o la existencia de centros sanitarios o educativos. La zona urbana de Poio y Pontevedra (en el entorno del Puente de A Barca) es una de las que soporta un mayor nivel de contaminación acústica, al igual que la zona de O Riveiro, el lugar de Bretoña, en Barro, y A Devesa. Según los mapas, tanto en este último punto como en la confluencia entre el Puente de A Barca, Colón, y Echegaray numerosas fachadas de inmuebles residenciales soportan volúmenes de ruido superiores a los 75 decibelios. Según el estudio, cuatro centros educativos están por encima de los 55 decibelios y uno supera los 65.