Julio Santos Pena / MARÍN

El paseo marítimo "Alcalde Blanco Solla" es la única ventana al mar que Marín tiene en su zona urbana. Desde la Plaza de España tiene un recorrido de unos 900 metros pero, de momento, la primera parte está ocupada por el aparcamiento,. lo cual impide la visión de la verdadera entrada al paseo y son muchas las personas, incluso de Marín, que desconocen su existencia. El ayuntamiento, que es responsable del uso y cuidado del paseo, ni siquiera se ha preocupado de que aparezca en los croquis de callejeros últimamente publicados lo que dice mucho de la importancia que la Concejalía de Manuel Ruibal da a este enclave eminentemente turístico.

Se da la circunstancia de que cada noche de verano y en muchas de los inviernos también muchos pescadores se animan con sus cañas especialmente durante la noche hasta altas horas de la madrugada. Llegan incluso de Santiago, con la ilusión de llevarse algunos calamares o lo que caiga y se disponen lo más ordenadamente que pueden en los puestos de la escollera que se hicieron gracias a la buena acogida de la idea que en su día hizo el por entonces conselleiro de Obras Públicas José Cuíña. Pero el mar es duro y persistente y trabaja sobre las piedras con lo que debilita la zona en la que se han creado algunos agujeros peligrosos por hundimientos de piedras. Ha habido varios heridos (un brazo roto, dos costillas desencajadas...) por caídas y por esta causa el colectivo pescador ha remitido al alcalde un escrito con numerosas firmas pidiendo simplemente un mantenimiento de una zona que cumple una gran función turística y está claramente infrautilizada.