El proceso para trasladar el fenómeno del "botellón" al parque Rosalía de Castro inicia su cuenta atrás definitiva, una vez que la Consellería de Presidencia (responsable en materia de espectáculos públicos y horarios de cierre) y la Subdelegación del Gobierno (competente en asuntos de orden público) no hayan puesto reparos al contenido de la ordenanza aprobada por el concello para regular esta actividad y prohibirla en todo el casco urbano.

El "visto bueno" de ambas instituciones fue comunicado ayer por el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillerme Vázquez, quien señaló que "pasado el plazo para que ambos organismos formularan alguna alegación, no se ha recibido ninguna objeción", lo que da vía libre al concello para aplicar lo antes posible las nuevas normas, aprobadas definitivamente por el pleno, por unanimidad, el pasado 23 de mayo. El texto ha sido remitido ya al Boletín Oficial de la Provincia, para su publicación. Tras ese trámite, habrá que aguardar unos quince días para su entrada en vigor efectiva. el gobierno local anunciará en breve la fecha exacta de aplicación, que supondrá el "cierre" del Campillo y otras zonas de la ciudad (bajo amenaza de multas) y el traslado al recinto ferial, donde ya se han instalado los antiguos bolardos cúbicos de piedra, para ser utilizados como "asientos". Además, está previsto, como método de "atracción" para los jóvenes, colocar zonas cubiertas, aseos e incluso ofrecer música.

El texto prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, salvo los espacios habilitados para ello como el lugar de "ocio alternativo" de A Xunqueira (eufemismo que utiliza el gobierno local para el futuro escenario del "botellón"), terrazas y veladores de los bares. También se deja abierta la posibilidad de este consumo callejero en la celebración de las fiestas populares, romerías, ferias u otras circunstancias.

Finales de julio

Los cálculos municipales apuntan a que pueda ponerse en marcha este nuevo sistema a finales de julio, dentro de un mes aproximadamente, ocho meses después de que se anunciara, en diciembre de 2007, la intención de elaborar esta ordenanza.

Precisamente, estos días se aprobó en pleno una norma parecida en el concello de Sanxenxo, con un articulado que, a juicio de Guillerme Vázquez, "se asemeja" al de Pontevedra. El concejal destacó que "cada vez son más las localidades que acuden a esta vía" para poner freno al "botellón".