Los pescadores que faenan en la ría de Pontevedra destinaban hace apenas un año una media de 680 euros mensuales a llenar el depósito de una embarcación. La capacidad de sus tanques no ha cambiado, pero hoy por los mismos litros pagan un mínimo de 840. Admiten que la diferencia no es excesiva pero, al incremento del precio del gasóleo, el sector suma los efectos devastadores de la irrupción en los mercados de producto foráneo. Gastan más y venden menos. Consideran la situación "insostenible" y por eso ayer acordaron secundar el paro iniciado por los armadores y los transportistas como medida de protesta por la escalada del precio de los carburantes.

La decisión se adoptó prácticamente sobre la marcha y sin demasiado consenso. En Portonovo, los barcos llegaron a salir pero a lo largo del día recibieron la orden de regresar a puerto. El patrón mayor de pósito, José Antonio Gómez, asistió por la tarde a una reunión de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores en Madrid, que se cerró con una huelga temporal al menos hasta mañana. "El jueves habrá otro encuentro y veremos qué hacemos", afirmó Gómez.

El pósito de Pontevedra, con una flota de más de ochenta embarcaciones, espera en cambio a una asamblea de la federación gallega fijada para el sábado. Ayer sólo trabajaron los que se dedican a la captura de ostra y algunos navajeros de Lourizán. El patrón mayor, Miguel Pazos, ha explicado la "delicada situación" que atraviesa el arte de los trasmallos: el plan de explotación para esta especie expira el próximo día 30, de modo que "este colectivo pierde gran parte de sus ingresos si no aprovecha los días de actividad que tiene".

Marín y Raxó sí tenían claro que ayer nadie se haría a la mar. Los puertos de ambas localidades presentaban un aspecto inusual con todos los barcos de bajura en sus puntos de amarre. "No tiene sentido trabajar, ya no sólo por la huelga, sino porque la mayor parte de los oficios están inactivos", explica el patrón de "San Gregorio" de Raxó, Ramón Portela. Y es que, en realidad, éste no es el peor de los momentos para una protesta de estas características porque especies como el pulpo o la almeja están en veda para garantizar su regeneración.

Sin embargo, el paro biológico finalizará en la ría de Pontevedra el próximo día 16. Los pósitos ignoran todavía si para entonces la huelga habrá finalizado pero reconocen que las expectativas no son en absoluto halagüeñas. Los bajos precios que alcanzaron en lonja los bivalvos extraídos recientemente hacen pensar en una nueva caída de precios. Mientras, el combustible continúa cotizando al alza.