Los dueños de un pesquero atracado en el muelle de Raxó pasaron la noche en vela intentando evitar que la embarcación, de apenas 7 metros de eslora y denominada "Anxo P" se fuese a pique. Los vientos registrados, con rachas de hasta 145 kilómetros por hora, desplazaron el muerto de cemento que sujetaba el barco, arrastrándolo hacia las rocas. La hazaña a punto estuvo de costarle la vida a Miguel Corral, vecino de Campelo, que se subió a bordo acercándose en una chalana con el objetivo de encender el motor y evitar así el hundimiento de su principal medio de vida.

El fuerte oleaje y la mala suerte quisieron que un cabo se enredase en la hélice e impidiese al marinero activar el mecanismo. Desde la costa, sus compañeros procuraron socorrerlo, ayudados por Protección Civil de Poio. Un voluntario de este servicio explicó que incluso se pidió la intervención de Salvamento Marítimo. "Dixéronnos que era moi perigoso achegarse tanto ás pedras polo vento", explica. Así, finalmente fueron los propios marineros quienes rescataron a Miguel Corral, lanzándole una cuerda que se anudó a la cintura.

Finalmente la embarcación resistió los embates. Durante la jornada de ayer, este vecino de Campelo volvió a navegar por la zona y el barco durmió en Raxó aunque, según el patrón mayor de la cofradía, Ramón Portela, en un amarre más retirado.

El "Anxo P" no fue el único barco que sufrió las consecuencias del temporal. Las olas llevaron hasta la playa de Raxó una zodiac de goma que fue recuperada por la mañana sin desperfectos. En tierra también hubo incidencias. La caída de un árbol en el vial que comunica Samieira y Meaño, en torno a las cuatro de la madrugada, obligó a intervenir a los miembros de Protección Civil, que cortaron el tronco en pequeños trozos para despejar la carretera, cortada durante media hora.

En la calle Benigno Esperón, varias tejas de un inmueble se soltaron y ocasionaron importantes destrozos en un vehículo estacionado, mientras que en Clemente Echevarría fue el cristal de un edificio lo que se desplomó sobre el tejado de una vivienda. En Albar, un muro de piedra de un particular se vino abajo, igual que en A Caeira. Protección Civil tuvo que retirar además varias ramas acumuladas en el paseo de Lourido.