El temporal de lluvia y viento que azotó durante la madrugada de ayer la comarca de Pontevedra dejó un rastro de numerosos árboles y vallas derribadas que causaron daños en más de una decena de vehículos. Asimismo, las rachas huracanadas provocaron desprendimientos de parte de algunas cubiertas en edificios (como en dos colegios de Sanxenxo y en otro de Marín).

Los vientos soplaron con especial intensidad sobre la ría de Pontevedra. Si bien la racha más intensa que se registraba en Lourizán alcanzaba los 64 kilómetros por hora, según explicaron fuentes de MeteoGalicia, esta estación meteorológica se encontraba "abrigada" frente al viento que durante toda la madrugada arreció en la comarca. Más significativo es el dato que se registró en la isla de Ons, en donde el viento alcanzó una intensidad máxima de 145 kilómetros hora. Desde Meteogalicia señalaban ayer que no era nada aventurado fijar entre los 64 de Lourizán y los 145 de Ons la velocidad máxima que llegó alcanzar el viento que sopló en la costa pontevedresa.

La cantidad de lluvia caída también fue importante, dado que sobre el mediodía de ayer se registraban unas precipitaciones de hasta 42 litros por metro cuadrado desde las 18.00 horas del jueves.

Estos registros de viento y lluvia se tradujeron en un rosario de árboles y vallas derribadas que, afortunadamente, se saldó sin daños personales, aunque sí materiales. En la ciudad de Pontevedra los vehículos fueron los más perjudicados. Al menos una decena de utilitarios sufrieron daños, según informó la Policía Local. El incidente más grave se produjo sobre las 2.20 de la madrugada en José Malvar, en donde un árbol aplastó a un vehículo, casi partiéndolo por la mitad.

Los bomberos acudieron al lugar de los hechos para retirar el árbol de grandes dimensiones, serrando y retirando posteriormente los troncos.

Fue la primera intervención de una noche en la que apenas tuvieron descanso. Sobre las tres acudieron a un edificio de Benito Corbal en donde parte de una cubierta de uralita se había desprendido y se precipitó al hueco de un patio de luces. Sin tiempo para descansar, se dirigieron primero hacia Santa Margarita y luego a Monte Porreiro, en donde dos árboles se cayeron en las calles Dinamarca y Francia, en este último caso causando daños leves en dos coches. Entre las seis y las nueve de la madrugada los bomberos continuaron retirando árboles caídos, atendiendo, en principio a aquellos que cortaban vías de comunicación, como ocurrió en la avenida de Buenos Aires, en Alba, o en Couso, Lérez, en donde impedía el tránsito a varios vecinos.

No obstante, se registraron también derribos en espacios públicos como en el parque de la Seta o en el entorno del recinto ferial. La noche también fue ajetreada para la Policía Local, que atendió numerosas llamadas alertando de contenedores y vallas caídas sobre la vía pública. Según informaron desde Jefatura, en la calle Doce de Novembro varios vehículos resultaron dañados por la caída de una valla publicitaria y en Cobián Roffignac fue una pancarta la que golpeó otro turismo. En la calle Bélgica, de Monte Porreiro, un árbol causó daños en un coche, y en la avenida de Compostela otro se derribó sobre una caseta de fotomatón.

El tráfico rodado se vio afectado por el derribo de árboles, como ocurrió en la carretera entre Berducido y Santa María de Xeve.

El temporal también se dejó sentir en los municipios del Umia. En Barro se desprendió parte de una chimenea de un domicilio de Perdecanai y en Cuntis el viento se llevó por delante una caseta de madera de un colegio público, según informaron fuentes del 112 Galicia.

También se produjeron desprendimientos de árboles en la parroquia de Godos, en Caldas, así como en Vilaboa, Sanxenxo, Ponte Caldelas y Cotobade. El viento provocó daños en instalaciones deportivas, como en el nuevo campo de fútbol de Noalla, en donde volaron varias vallas y los banquillos.

Marín

El temporal de la pasada noche afectó a varias zonas del municipio marinense donde dejó huella de su paso como en el caso del colegio público A Laxe donde uno de sus muros de cierre que conecta el colegio con su pabellón deportivo, quedó seriamente dañado cayéndose parte del mismo y dejando un hueco considerable por lo que la dirección del centro decidió acotar varias zonas al acceso de los niños para evitar accidentes pero no fue necesario suspender las clases por lo que la jornada se desarrolló con cierta normalidad.

Por otra parte se registró la caída de un palo de telefónica en el Iglesario de San Xulián y daños en numerosos árboles de esta misma zona y Aguete, algunos de los cuales fueron derribados por el viento y otros perdieron numerosas ramas.