La comisión permanente de seguimiento para la integración de los chabolistas de O Vao rechazó ayer la propuesta que puso sobre la mesa el alcalde de Poio, Luciano Sobral, sobre la posible vuelta de una de las familias gitanas al barrio de Monte Porreiro si finalmente se quedan sin vivienda, ya que sobre su chabola pesa una orden de derribo emitida por un juzgado de Pontevedra.

Así lo confirmó ayer al término de la reunión el propio alcalde de Poio, Luciano Sobral, que consideraba que esta iba a ser la respuesta previsible por parte de la comisión. El objetivo del regidor era buscar alternativas para que estos chabolistas, que se pueden quedar literalmente en la calle si se le tira la vivienda, no tengan que padecer esta situación de desamparo. Esta familia es la misma a la que se había adjudicado el piso de la calle Portugal, por lo que el regreso de forma momentánea a este inmueble se proponía como una opción para evitar que se produjera una situación de precariedad para los afectados.

Descartada, por lo tanto, la opción de un posible regreso transitorio a Monte Porreiro, ¿cuál es la alternativa que baraja la comisión de integración de O Vao para esta familia? La cuestión se abordó ayer en la reunión que se celebró en la sede de la Xunta en Vigo y se zanjó con el compromiso tanto de Vicepresidencia como de Vivenda de encontrar una residencia alternativa para estas personas lo antes posible.

"Compromiso moral"

El regidor poiense, Luciano Sobral, destacó además que los representantes de la Xunta sienten una especie de "obligación moral" con las tres familias realojadas en Monte Porreiro. La razón es que los realojados de O Vao dieron su palabra a la administración autonómica de abandonar voluntariamente y de forma definitiva el barrio pontevedrés para zanjar así el conflicto social abierto con el compromiso de la Xunta de que se les buscaría otra ubicación y los responsables autonómicos están dispuestos a cumplir su parte del trato.

Ahora se buscan alternativas que puedan llegar antes del inminente derribo de la chabola, pero, tal y como recalcó el propio Sobral, ninguna de ellas pasa por un posible regreso a Monte Porreiro, ni tan siquiera eventual.

Pendientes del encuentro que se celebró en la sede de la Xunta en Vigo, también estuvieron los vecinos de Monte Porreiro. Aunque no forman parte de la comisión de integración (dado que en el barrio de Pontevedra ya no quedan familias realojadas), ayer se mantuvieron en contacto con Vicepresidencia para informarse acerca del resultado de la reunión. Ángel Mario Lago, presidente de "O Mirador", tras conocer que la comisión había descartado la posible vuelta explicó que era la decisión "previsible" y que en esa línea iban las conversaciones que mantuvo en las últimas horas con este departamento autonómico.

Caritel

Ayer se celebraron dos Comisiones, la de Poio y la de Caritel, a la que se llegaba con la amenaza del alcalde de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, y de los propios vecinos de esta parroquia de abandonar la negociación si se da por hecho que los realojos en Caritel son definitivos.

Finalmente la reunión se celebró y se pudo crear también la comisión técnica que va a seguir todo el proceso en la parroquia de Ponte Caldelas, aunque con la petición expresa por parte del regidor y de los vecinos de que no se descarte un realojo de estas familias en otra ubicación.