Treinta y cinco años de profesión, veinticuatro como jefe de servicio. Es el currículum que ayer esgrimió el sargento Francisco Lage, jefe de los bomberos de Pontevedra frente a las acusaciones de "caos", "falta de preocupación" y "trato de favor" vertidas contra él públicamente el día anterior por quince miembros del cuerpo. "Me queda menos de un año para la jubilación y me da la impresión que quieren jubilarme ya" señalaba Lage para advertir, a continuación, que "no voy a irme antes de tiempo".

Francisco Lage compareció en el Concello flanqueado por los concejales de Personal, José Antonio García Lores, y Seguridad Ciudadana, Guillerme Vázquez, y con documentos en la mano para rebatir punto por punto cada una de las críticas hechas por sus hombres.

En primer lugar y para situar la denunciada "quiebra de confianza" de la plantilla, Francisco Lage empezó indicando que son 15 y no 21 los bomberos que han puesto en entredicho su gestión, "de un total de 35, no de 31". "¿Qué pasa con los otros 20?" se preguntó el jefe del servicio, para asegurar que "siempre he recibido a los jefes de turno y a los compañeros que lo han pedido, por lo que desconozco las razones que llevan a algunos a provocar este tipo de situaciones".

Francisco Lage, corroborado por el concejal de Personal, José Antonio García Lores, explicó que "son motivos de salud" los que explican que haya asignado a un bombero de 43 años al puesto de telefonista. Leyó de un informe médico firmado por un traumatólogo la siguiente frase: "... de seguir con su actividad en el trabajo en menos de 5 años podría acabar en una silla de ruedas".

Demagogia

Con este informe en la mano el concejal de Personal firmó la reubicación laboral propuesta por el jefe de bomberos, que además pidió que "no hagan demagogia" al contraponer este caso a la denegación de dejar como telefonista a un bombero de 62 años "que es un trabajador autónomo y conductor y que como deportista pedalea entre 100 y 120 kilómetros en un fin de semana".

Lage también habla de "demagogia" cuando se critican las nuevas camisetas. "Fueron ellos los que pidieron que se cambiase la camiseta porque era de Umbro y llevaba la marca y ahora lo ponen de ejemplo de mala gestión".

Respecto al camión "estropeado" en los incendios forestales de 2006, el jefe de bomberos explicó que si bien es verdad que en una salida a Bora se destrozó la baca del vehículo, éste "estuvo operativo todo el 2006 y 2007 y entró en taller hace un mes y medio, cuando llegaron las ayudas de compensación de la Xunta".

Por último, Lage niega que las intervenciones de los bomberos se hagan con dos efectivos, "ninguna se realiza con menos de cuatro bomberos" recalcó, enseñando además los partes de los jefes de turno de un mes cualquiera.