Siete años después y a miles de kilómetros de distancia. La Policía Local ha logrado localizar, identificar y resolver el caso de un vehículo de lujo que había sido sustraído en Praga, capital de la república Checa, en 2001, y que después de pasar por Sevilla y un juzgado de la capital andaluza, acabó en manos de un pontevedrés, que lo había adquirido sin conocer su ilícita procedencia.

Los agentes que intervinieron en este caso, que ya han resuelto otros asuntos parecidos en el pasado, apelan a sus "confidentes" para evitar desvelar cómo llegaron a saber que por Pontevedra circulaba un monovolumen Volkswagen Sharan de alta gama, con numerosos extras, y que era de procedencia ilícita. Una vez localizado, fue examinado a conciencia durante un mes. Todos su números de identificación habían sido borrados. "Habían hecho un buen trabajo" de falsificación, admitió uno de los policías que trabajó en este asunto.

De Portugal a Sevilla

Pero finalmente fue posible reconstruir la historia de este particular vehículo, que sirve de ejemplo a cientos de casos que se producen cada año en Galicia. Esta vez, el vehículo había sido fabricado en Portugal y vendido legalmente. En 2001 fue robado en la capital checa. Todo apunta a que cayó en manos de las redes internacionales que se dedican a este tráfico ilegal de automóviles de lujo por toda Europa. De hecho, "coló" como coche legal en su tránsito por el continente, ya que disponía de documentación de otro vehículo similar, de matrícula francesa. Se trataba de papeles "clonados", hasta el punto de que los dos coches circulaban con idéntica identificación aunque, obviamente, uno de ellos, falsificada.

Este Volkswagen Sharan, en todo caso, estaba en el punto de mira de las fuerzas de seguridad españolas desde poco después de su robo. Así, la Guardia Civil logró intervenirlo en 2002 en Sevilla, donde había sido adquirido de "buena fe" por su entonces propietario.

Hasta 2006

Durante cuatro años, hasta 2006, el coche permaneció bajo custodia de un juzgado sevillano, mientras la Guardia Civil trataba de identificarlo. Pasado el tiempo, el propietario reclamó su devolución y poco después un pontevedrés lo recompraba, también de buena fe, a través de internet.

Fue así como los agentes de la Policía Local de Pontevedra se involucraron en la investigación. Un mes tardaron en analizar todos los números e identificaciones, hasta que finalmente localizaron una pegatina identificativa oculta (que no había sido manipulada por los ladrones) y a partir de esa pequeña información lograron encontrar la documentación original en las bases de datos europeas. Actualmente, el coche sigue en manos de su propietario, pero el expediente es trasladado al juzgado para que decida su destino final, ya que podría ser devuelto a la compañía que aseguró el coche robado hace siete años en Praga.