La crisis de la construcción provocará una caída de hasta un 30 por ciento en las promociones inmobiliarias de Pontevedra, según los datos de la Cámara de Comercio. La Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra, Aproin, cifra este descenso en la actividad en torno al 27 por ciento. Pero aunque el mercado inmobiliario sufra una evidente desaceleración, que algunos promotores califican de "desplome", los empresarios del ladrillo no están dispuestos a bajar el precio de los inmuebles. En los próximos meses y años, el valor del metro cuadrado se encarecerá, aunque levemente, a un ritmo muy inferior al que nos tenía acostumbrado el sector, pero en ningún caso bajará, según admiten los propios empresarios.

El presidente de Aproin, Javier Garrido, lo explica argumentando que "habrá más tipos de viviendas para más tipos de gente", pero los precios no se reducirán porque el sector ya se resiente bastante. Por su parte, Ricardo Mirón, constructor y presidente de la Cámara de Comercio de Pontevedra, apunta que tendrá que depreciarse el valor de los terrenos y su repercusión sobre el precio final del inmueble, pero las viviendas no serán más baratas.

Los promotores se escudan en la supuesta escasez de suelo, las nuevas leyes urbanísticas, más restrictivas con la endémica "construcción salvaje", y el retraso de muchos planes urbanísticos municipales, para repercutir sobre el precio de la vivienda las trabas que algunos encuentran para disponer de más suelo.

Vivienda usada

Mientras, la totalidad de las inmobiliarias y promotores de Pontevedra acusan ya el descenso de ventas que afecta a todo el país. Una vivienda tarda ahora en venderse más del doble de tiempo que hace un año. La caída es más notable en el mercado de segunda mano.

La oferta de viviendas usadas excede con mucho a la demanda y sus precios se han equiparado al de la vivienda nueva, algo que lógicamente echa atrás al posible comprador.

Pontevedra es la provincia gallega que más ha notado el descenso de ventas en viviendas de segunda mano. En los últimos meses, la caída ha sido del 29,1 por ciento, según la estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad que elabora el INE. Desde el pasado enero se vendieron 909 viviendas usadas, frente a los 1.283 de un año antes.

El consumo de cemento es otro de los indicadores del ritmo del sector. El informe "Pontevedra en cifras 2007" de Caixanova apunta que el gasto medio de cemento ha caído un 2% en el último año en la provincia, mientras que ha subido en el resto de Galicia. La Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra vaticina que el descenso del consumo de cemento durante los próximos meses llegará al mismo porcentaje que el de la venta de pisos, es decir, el 27%.

Las principales inmobiliarias de Sanxenxo y Pontevedra coinciden en señalar que si una vivienda tardaba una media de seis meses en ser vendida, ahora el período de espera del vendedor supera el año. En el caso del mercado de vivienda nueva, el cartel de "se vende" permanece colgado el doble de tiempo que hace un año.

También el baremo de los créditos hipotecarios contratados apunta en el mismo sentido descendente.

La crisis hipotecaria es así otro de los factores que sacude a la construcción. Pontevedra es la segunda provincia gallega donde menos créditos se han solicitado desde comienzos de año, después de Lugo, según los últimos datos del INE. La caída es del 11,6% en Pontevedra, cuando en la totalidad de Galicia el bajón alcanza el 12,1%.

Algunas grandes promotoras, como Marbar y Proinsa se han convertido en la punta de lanza de la crisis que amenaza al sector. Su quiebra se ha convertido en un mal presagio para otras constructoras. Sin embargo, el presidente de Aproin, Javier Garrido, no es pesimista al respecto. El portavoz de los promotores de la provincia afirma que la mayor parte de las empresas asociadas a Aproin (algo más de un centenar) están capitalizadas y "mientras haya circulante" (dinero), los bancos seguirán financiando proyectos.

La crisis económica del sector afecta más a las empresas que reúnen la doble condición de promotora y constructora -explica Garrido Valenzuela-, que verán más difícil obtener bolsas de suelo. Por este mismo criterio, para Ricardo Mirón, presidente de la Cámara, son las promotoras, más que las constructoras, las primeras afectadas por la "ralentización" del sector. Las constructoras tienen por el momento bastante obra empezada o licitada, y soportarán mejor el embate de esta recesión, hasta que el mercado se equilibre. Por el contrario, las promotoras, especialmente las nuevas, se encuentran cada vez con más dificultades para proyectar nuevas urbanizaciones.

Para Mirón, esta crisis tiene una consecuencia positiva: "la construcción volverá a su lugar". Se refiere a que el sector había sido "invadido" por numerosos "intrusos", que vieron en la promoción inmobiliaria una forma rápida de ganar mucho dinero pero que desconocen este campo. Su actividad fue, para este empresario de la construcción, una de las razones de que la especulación se disparase de forma desmesurada en los últimos años.