Las tres comisiones de integración del colectivo gitano para Caritel, O Vao y Penamoa (en A Coruña) quedaron constituidas formalmente ayer después de que, por primera vez, todas las partes se sentaran en una misma mesa para tratar de resolver el conflicto abierto por el realojo de familias procedentes de estos asentamientos chabolistas.

En Vigo se constituyeron dos de ellas. La primera de las reuniones, que se inició a las cinco de la tarde, tenía como objetivo conformar la comisión que realizará seguimiento a la integración de las dos familias gitanas realojadas en la parroquia de Caritel, en Ponte Caldelas.

En ella participaron representantes de Vicepresidencia, Vivenda, del Concello de Ponte Caldelas, la Subdelegación del Gobierno, los vecinos de Caritel, las familias procedentes de O Vao y la Asociación del Pueblo Gitano.

Al finalizar el encuentro, la secretaria xeral de Igualdade e Benestar, María Xesús Lago, afirmó que la constitución de este grupo de trabajo "es un primer paso muy importante" para que la integración del colectivo sea una realidad. Lago destacó que existe una "voluntad de diálogo" en todos los implicados y que "todas las opciones quedan abiertas" a la espera de tomar decisiones concretas.

Precisamente el hecho de que todas las posibles actuaciones para solventar la conflictividad creada por los realojos sean tomadas en cuenta fue una de las cuestiones que más satisfacción provocó en el regidor de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez. El alcalde insiste en pedir que se dé marcha atrás a los realojos, pero que está dispuesto a sentarse a dialogar para llegar a un acuerdo si la Comisión no da por descartada esta opción, como parece que así ha sido.

En cualquier caso, todos los participantes en el encuentro hacían especial hincapié en que se trataba de una primera "toma de contacto" para intentar solventar el conflicto. Quizá el efecto más importante de estas reuniones fue contribuir a rebajar el clima de tensión que se vivió durante las últimas semanas. El presidente de la Asociación del Pueblo Gitano, Sinaí Giménez afirmó: "Hubo avances, por lo menos nos dimos la mano y las diferencias se están acortando". Ahora, aboga por "dar tiempo" a la búsqueda de soluciones, porque no se "puede correr" en estos casos.

La segunda reunión se celebró a partir de las siete de la tarde y en ella se creó una segunda comisión que, en este caso, pretende encontrar una solución integral para todo el poblado de O Vao (incluidas las tres familias que regresaron de Monte Porreiro). En ella participó Vicepresidencia, Vivenda, el Concello de Poio, la asociación de vecinos de O Vao, las familias afectadas, Pueblo Gitano y la Subdelegación del Gobierno.

Allí se dieron los primeros pasos del programa propuesto por el Vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, para lograr la integración del colectivo gitano, en este caso en el conflictivo poblado de O Vao. María Xesús Lago recordó que esto pasa por la puesta en marcha de programas de integración (con el refuerzo de los servicios de inclusión social), la implicación ciudadana en los procesos de realojo y la construcción de un "poblado de transición". Todas las partes acuerdan que también sería necesario reforzar la vigilancia policial.

La secretaria de Benestar manifestó al término del encuentro que todas las partes ven realizable el plan propuesto por Vicepresidencia al que se adhieren "plenamente".

La jornada para María Xesús Lago no terminó ahí. Una vez creada la Comisión de Integración de O Vao se reunió con los directivos de la Asociación O Mirador de Monte Porreiro. La secretaria xeral de Igualdade les comunicó que el barrio pontevedrés no formará parte de la Comisión de Integración, según explicó ayer el portavoz del colectivo vecinal, Ángel Mario Lago. La razón es sencilla: En Monte Porreiro ya no hay familias gitanas de O Vao que requieran de este seguimiento.

Entonces, ¿cuál era la razón por la que había convocado a los vecinos de la urbanización a esta reunión en Vigo? Según Mario Lago, el objetivo era informarles acerca del proceso y también solicitar la colaboración del barrio pontevedrés para tratar de crear un clima de paz social que permita llevar a buen puerto el proceso.

A los directivos de O Mirador la propuesta de Vicepresidencia de quedar fuera de las comisiones les pareció lógica. Solo había un problema, seguían sin tener garantías de que las familias de O Vao no van a regresar a Monte Porreiro. Estas garantías se las dio la propia secretaria xeral al comunicarle que las propios realojados se comprometieron ante Vicepresidencia a no volver a la urbanización pontevedresa.

Según explicó Mario Lago, los vecinos aceptan la propuesta de la Xunta y paralizan las movilizaciones mientras se mantenga este compromiso. La primera contribución a buscar este clima de paz social fue el aplazamiento de la manifestación prevista para hoy.

No obstante, las consecuencias de las anteriores manifestaciones están ahí. Subdelegación confirmó ayer la apertura de expedientes sancionadores por alteración del orden público a las personas que fueron identificadas por los incidentes ocurridos en Poio.