Un balance claramente triunfalista fue el que hizo ayer el diputado socialista en el Congreso Alberto Fidalgo sobre la legislatura que finalizó y así proclamó que el Gobierno central "apostó por Ourense y por su futuro", utilizando como argumento el incremento las inversiones.

Y para apuntalar su afirmación tiró de comparativa y subrayó que en la provincia se multiplicaron por cinco las inversiones en infraestructuras, y acotar que "mientras el Partido Popular tan sólo invertía 175 euros por habitante, el gobierno socialista invierte 908". Además de reprochar que la Diputación Provincial, dirigida por el popular José Luis Baltar, "sólo gasta 25 euros por habitante", una cantidad que calificó de "ridícula".

En el balance de la legislatura que finalizará el 14 de enero de 2008 Alberto Fidalgo dijo que fue "exitosa y fructífera, aunque muy difícil", y recalcó que, "a pesar de las trabas que el PP puso al Gobierno, fue revolucionaria para España y para Ourense, porque nos sitúa en el camino definitivo de la modernidad".

En el capítulo de logros, el diputado socialista hizo alusión al incremento del salario mínimo interprofesional, que era uno de los compromisos asumidos por el presidente Zapatero, y que permitió que en la provincia de Ourense se beneficiasen más de 8.000 personas.

Además de comentar que "por primera vez el paro bajó más de un 8 por ciento", lo que permitió que, también por primera vez, "haya superávit en las arcas de la Seguridad Social", Fidalgo aludió a que la legislatura se caracterizó por el diálogo con los colectivos menos favorecidos, en el ámbito laboral, y el diálogo con las comunidades autónomas.

Pero en lo que hizo énfasis fue en las medidas de corte social, que también fueron calificadas por el diputado socialista de "revolucionarias". Así, subrayó que "más de 2.000 familias de Ourense se beneficiarán de las ayudas contempladas en la Ley de Dependencia", mientras que el incremento de las pensiones beneficiará a más de 50.000 familias de la provincia ourensana.

También explicó que merced a ese diálogo por el que apostó el gobierno de Zapatero la conflictividad laboral se redujo en más de una tercera parte. Y destacó como una de las medidas con mayor incidencia en el terreno laboral la aprobación del estatuto del trabajador.