El Gobierno gallego aprobó ayer en el Consello de la Xunta la declaración de As Burgas como Bien de Interés Cultural (BIC). Después del cruce de declaraciones de los dos últimos días entre el Concello de Ourense y la Consellería de Cultura, ayer el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, quiso zanjar la polémica institucional asegurando que "lejos de inutilizar el área, esta medida de protección abre posibilidades para mejorar ese espacio de la ciudad".

Aunque el alcalde de Ourense, Enrique Nóvoa, y su antecesor en el cargo, Manuel Cabezas, criticaron desde un primer momento -hace ya un año-, la "parálisis" que el BIC ocasionaría en el casco viejo de Ourense, ayer el presidente gallego intentó realzar las ventajas y negó que dicha distinción implicase la paralización de los proyectos previstos para la zona.

Por el contrario, Touriño aseguró en rueda de prensa que la declaración de BIC para As Burgas en la categoría de sitio histórico "permitirá desarrollar los proyectos previstos para el área, pero siempre que estén en armonía con la protección del territorio y el patrimonio".

Establecer usos

Volvió a recordar que la declaración de BIC sólo delimita el perímetro a proteger y que el espacio debe ser ahora ordenado "de acuerdo a un plan especial cuya elaboración corresponde al Concello de Ourense". Añadió que será la Administración local la que, por lo tanto, "establezca los usos posibles de cada espacio concreto", aunque siempre que se disponga del informe preceptivo de la Dirección Xeral de Patrimonio, dependiente de la Consellería de Cultura.

El titular del Gobierno autonómico insistió en que será finalmente el Concello de Ourense el que marque el futuro desarrollo de cada zona concreta, pero esta voluntad de colaboración sigue sin ser bien acogida desde la Administración local.

El alcalde de Ourense volvió ayer a cuestionar en público la utilidad del BIC y explicó que, desde el Concello, "no sabemos por qué ni para qué se quiere un Plan Especial de Reforma Integral (PERI) dentro de otro", aludiendo al que ya protege parte del casco viejo de Ourense, excepto el solar donde se planeaba construir el hotel balneario, junto a la Plaza de Abastos.

Pese al malestar de la corporación ourensana, Enrique Nóvoa indicó ayer que los servicios técnicos del Concello todavía no han decidido si van a recurrir la declaración de BIC porque prefieren esperar a que la Xunta les remita el proyecto "de forma oficial".

Lo que sí anunció el alcalde es que Ourense "no va a hacer causa sobre la ampliación del BIC, pese a que la única razón por la que se toma la decisión es para seguir paralizando proyectos en la ciudad".