Como cualquier otro bebé de su edad, con seis meses Edgar sólo balbucea. La pérdida auditiva que padece será perceptible en el momento de empezar a pronunciar palabras. Al no oír bien, el pequeño no podrá reproducir los sonidos, por eso su familia ha iniciado una campaña solidaria para poder adquirir los audífonos adaptados que le cambiarán la vida.

La madre de Edgar lo sabe bien porque su hijo mayor, Gilber, ha pasado por lo mismo. En su caso, el problema no se lo detectaron hasta que había cumplido los dos años. Dejaron caer unas llaves a sus espaldas y observaron que el niño no reaccionaba. "El ruido no le sobresaltó y nos dimos cuenta de que no oía", explica Mónica Prada. En este caso no bastó con el audífono y el verano pasado fue necesario realizar un implante. Ahora, con seis años, Gilber oye perfectamente.

Ambos padecen hipoacusia congénita bilateral moderada severa asociada a una malformación coclear. El tratamiento consiste en unos audífonos adaptados y logopedia. Con Gilber ya recurrieron a la campaña de tapones solidarios en 2014 y consiguieron los fondos necesarios. Ahora, con Edgar, la familia repite. "Estoy muy agradecida por el apoyo que recibí de la gente", destaca Mónica Prada, que ha confiado nuevamente en la Fundación Amigos de Galicia para desarrollar la campaña de recogida de tapones para su pequeño.

El coste de los audífonos que necesita supera los tres mil euros, pero la Seguridad Social sólo cubre 1.700. La madre del bebé explicó ayer que la unidad familiar no puede asumir un coste tan elevado, de ahí que ha hecho un llamamiento a la sociedad para que colabore donando tapones: "Parece una tontería pero una cosa tan pequeñita puede ayudar mucho", señala Mónica.

La Fundación presentó la campaña en la delegación de Ourense, ciudad en la que reside la familia, y aunque la cifra es poderosa -necesitan más de ocho toneladas-, Mónica es optimista: "Entre 15 días y un mes podemos conseguirlo". En la presentación participó la jefa del departamento de trabajo social de Amigos de Galicia, Noelia Romero, que explicó que esta campaña está dirigida a pagar la parte no subvencionada por la Seguridad Social de los audífonos que Edgar necesita para mejorar su calidad auditiva.

Para ser exactos, la causa de Edgar necesita 8.250,62 kilogramos de tapones, que equivalen a 5.775.434 unidades. "Son muchos los kilos que hacen falta para financiar los audífonos del pequeño, pero desde la entidad se espera una buena acogida por parte de la ciudadanía", indicó la Fundación.

Mónica Prada confía en que la intervención temprana evite que Edgar tenga que recurrir al implante coclear. El antecedente de Gilber y el estudio genético realizado con posterioridad ha permitido detectar con suficiente anticipo la hipoacusia del hermano pequeño. "Cuando lo detectamos, el mayor ya había perdido el 100% del un oído y del otro sólo conservaba un 20% de audición", explica la madre. Edgar oye un poco con los dos por lo que la familia tiene la esperanza de que los dos audífonos y la intervención temprana de un logopeda sea suficiente.

El dinero recaudado irá destinado directamente al centro auditivo donde se comprarán los audífonos, y en ningún momento se ingresará a los padres del pequeño. Además, aclara la entidad, la aceptación de este caso fue evaluada por el departamento de trabajo social de la Fundación, "previa valoración de informes sociales que constatan que la familia no puede hacerse cargo de los audífonos".

Los establecimientos colaboradores y puntos de recogida pueden consultarse en la web de la entidad, fundacionamigosdegalicia.org. Además, la Fundación solicita voluntarios para seleccionar todos los tapones que la entidad almacena en una nave en San Cibrao das Viñas, para trasladarlos a la empresa de reciclados que los compra en A Cañiza.

Las campañas de tapones solidarios financiaron el año pasado en Galicia tratamientos por valor de 17.485 euros. Los beneficiarios son Álex de Vigo, Nahir de Pontevedra, Alistair de Taboadela, y Valeria de Verín.