Una tormenta, registrada en torno a las seis de la tarde, durante unos 45 minutos, ha provocado nuevos vertidos de residuos de las obras del AVE en el río Támega, dentro del municipio de Laza, al rebosar las pozas de decantación que hizo la empresa constructora. Vecinos de la zona alertan de que el cauce fluvial se tornó de "un color gris oscuro, debido al arrastre de tierras, residuos de pizarra del túnel y arena". Pero recuerdan que hace siete días se ha producido otro incidente similar, debido a otra tormenta, por lo que temen que la reiteración de vertidos "acabe matando las pocas truchas que quedan" en el río Támega, ya muy castigado por la sequía del año pasado.

Esta situación crea alerta y malestar entre los vecinos de Laza, que piden a la administración "que tome cartas en el asunto" y que haga "algún tipo de repoblación de peces, para que el Támega no se convierta en un río muerto", además de reclamar sanciones para la empresa.