Roberto Castro García (A Mezquita, 1955) comparte edad y carrera -cada uno en su esfera- con Mariano Rajoy. El subdelegado del Gobierno en Ourense supera los 6 años en el cargo, en tiempos de crisis, protestas y cierto hastío ciudadano. El máximo representante del Estado en la provincia -doctor en Educación, entre otras titulaciones, con diplomas "que tengo y puedo enseñar"- concibe la Subdelegación como "una casa abierta".

- En la provincia con las pensiones más bajas, la protesta de los jubilados es para tener en cuenta.

- Hay que agradecer su esfuerzo y respetarlos. Tienen su derecho y creen que deben reivindicar un reparto más equitativo. Pero el Gobierno ha variado desde su posicionamiento inicial y ha mejorado razonablemente las cantidades.

- Los robos en el rural vuelven, incluido en las iglesias.

- El rural es nuestra preocupación. Hay mucha gente mayor y numerosos núcleos de población. A veces surgen este tipo de hechos, sobre los que la Guardia Civil trabaja. Lo que aconsejamos es que las obras de valor de los templos se concentren en lugares más seguros, como está haciendo el Obispado, sin perjuicio en que hay que seguir trabajando para reducir la delincuencia en este ámbito.

- Hay 380 casos activos en Ourense de violencia de género.

- Casi todos los días hay partes de Policía Nacional o Guardia Civil. Me duele mucho porque si toda violencia es absurda, más esta, porque se ejerce contra persona que se supone está en tu entorno e importante en tu vida. Es un problema denigrante en el siglo XXI, es una especie de esclavitud.

- Tanto Guardia Civil como Policía tienen déficit de agentes. ¿Hay opción de reforzar las plantillas?

- A corto plazo no, pero hay que tener en cuenta que Ourense es una provincia segura, ahí están los datos, a pesar de los casos pendientes de resolver y que los datos siempre son fríos. Al que sufre un robo no le sirve la estadística, porque a él le ha tocado un 100%. Serían deseables más efectivos, pero creo que con los policías y guardias civiles que tenemos podemos seguir hacia delante y mantener las tasas de criminalidad bajas..

- Usted le puso deberes en privado y público al nuevo comisario de Policía: superar la crisis de las pistolas, los anónimos y la muerte de un agente, y "disipar dudas".

- La crisis no quedará atrás al 100% hasta que no se sustancie en el juzgado qué hay ahí, pero a la vez es una garantía que esté en sede judicial. Sería una preocupación si aún continuara investigándose. Tanto en la época del comisario Blázquez, como en la de su predecesor, se ha hecho buen trabajo en la comisaría. Tenemos que cerrar ese episodio, que la justicia resolverá como crea oportuno, y poner la mirada en el futuro. El policía tiene que ser un funcionario ejemplar y transmitir a los ciudadanos una sensación de seguridad y confianza. La grandísima mayoría de policías y guardias civiles son honrados, trabajadores y se vuelcan.

- En 11 días se cumplen 3 años del asesinato de Socorro Pérez. ¿Está más cerca la resolución?

- El objetivo es resolver el caso, que es complejo, y poner a disposición de la justicia al culpable o a los culpables de un hecho tan dramático. Me solidarizo con la familia. Puedo decir que se sigue trabajando y el poder judicial mantiene abierto el caso a la espera de investigaciones en curso. En demarcación de Policía Nacional es el tema más grave, como le transmití al comisario a su llegada, y sé que se ha trabajado mucho. Tengo confianza.

- Un subdelegado hace trabajo de despacho pero además asiste con frecuencia a actos públicos.

- Nuestra misión a veces es desconocida, ciertamente. Hacemos gestiones del día a día, desde permisos para el manejo de explosivos a sanciones. Procuramos mantener abiertas de par en par las puertas de esta casa, porque es de los ciudadanos. Aquí recibimos a todo el mundo. De lo que más me precio en estos 6 años es de ayudar y estar abierto a la ciudadanía. Mientras esté aquí estaré al servicio, cumpliendo la ley y haciendo cumplir la ley, sin hacer partidismo desde la figura de subdelegado del Gobierno, con independencia de la militancia que tengo. Creo que me aprecian de otros bandos porque soy objetivo, respeto y asisto a los actos a que me invitan unos y otros.

- Es doctor en Ciencias de la Educación con mención cum laude, licenciado en Filosofía y Letras y diplomado en Ciencias Humanas. ¿Cómo recibe alguien con su currículum que compañeros de la política falseen el suyo?

- A mí me costó mucho esfuerzo y trabajo. Para el doctorado, cuyo título tengo y puedo enseñar, tuve que sacar tiempo de esfuerzo y sacrificio. Me sorprenden profundamente estas cosas, porque hacen daño a las instituciones. Hay que transmitir a las generaciones jóvenes que es importante formarse, que cada vez hay más competencia y que nadie va a regalar nada. Me desborda y me deja descolocado porque no entiendo qué pudo haber pasado.

- Tiene la pulsera de Ourense e insignias con la bandera de España y Galicia. En Facebook suele expresar su opinión sobre temas de actualidad, sobre todo Cataluña. ¿Le preocupa esta crisis?

- Me duele profundamente el problema catalán y lo que más, que algunos se califiquen como exiliados cuando tanta gente tuvo que salir de este país, alejarse de su familia y de su tierra, para salvarse de ser fusilada. Eso me ofende profunda e intelectualmente. Yo veo a España como un puzle en el que hay 17 piezas de colores, un conjunto con más grandeza en la medida en que cada pieza tenga viveza y riqueza. Y si falta una en el puzle ya no está completa. Y ninguna pieza es más que otra en el conjunto. Hemos conseguido un texto con mucho trabajo [dice mientras esgrime un ejemplar de bolsillo de la Constitución] y la vía es plantear cambios sobre esta base, no yendo en contra del Estado de Derecho.