Los números rojos son una constante en los indicadores demográficos de Ourense. Los últimos datos publicados relativos al movimiento natural de la población reflejan que por cada nacimiento que se produce en la provincia se registran casi tres defunciones (2,7). Hace décadas que el saldo vegetativo es negativo y las cifras relativas a los nueve primeros meses de 2017 difundidas ayer por el IGE no hacen más que dar fuerza a esta evolución en caída.

Entre enero y septiembre del pasado año nacieron 1.271 niños y fallecieron 3.505 personas, lo que supone una diferencia en negativo de 2.233 individuos en el censo de población de la provincia. Además, en el conjunto de Galicia, Ourense es la provincia menos poblada y, en consecuencia, la de menor incidencia en las estadísticas, tanto de nacimientos como de defunciones.

Durante los tres primeros trimestres de 2017 nacieron en Galicia un total de 13.649 niños, pero sólo 1.271 de ellos se registraron en Ourense, lo que supone un 9,3% del total, menos de uno de cada diez bebés nacidos. Aunque con una leve ventaja, la provincia de Lugo se encuentra en una situación semejante: 1.520 alumbramientos entre enero y septiembre del pasado año. De tal modo que las provincias de interior apenas registran el 20% de los nacimientos que se producen en Galicia, poniendo de relieve una vez más el agrupamiento de población en las provincias atlánticas. No obstante, el crecimiento vegetativo negativo afecta a toda la comunidad gallega: en el período analizado a través de los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estatística se registraron 9.959 defunciones más que nacimientos.

A falta de completar los datos del año con las cifras del último trimestre, la estadística de 2017, entre enero y septiembre, permite calcular una media de 4,7 nacimientos al día en Ourense frente a 13 defunciones. Abril, con 155 nacimientos, fue el mes con el mayor registro de natalidad, y febrero, con 111, el que menos. En cuanto a las defunciones, los peores meses fueron enero y marzo, con 582 y 422 fallecimientos, respectivamente; y septiembre con 314, el de menor incidencia.

Las bodas, en verano

La estadística publicada por el IGE recoge también la evolución de los matrimonios. El tercer trimestre es, con diferencia, el de mayor incidencia en cuanto a la celebración de enlaces. Más de la mitad de las bodas se registraron entre junio, julio y agosto, concretamente 334 de los 610 que se celebraron entre enero y febrero.

En cuanto al tipo de celebración, el rito católico ha ido perdiendo peso en los últimos años y ya sólo representa el 27% de las celebraciones en Ourense, mientras el 64% de las parejas que se casaron en 2017 eligieron la boda civil.

Parejas del mismo sexo

Por tipo de matrimonio, nueve enlaces corresponden a parejas del mismo sexo: seis en las que los dos contrayentes son hombres, y tres entre mujeres.