Alrededor de cuarenta alumnos del grado de Educación Social que se imparte en la Facultad de Ciencias de la Educación de Ourense ejercieron ayer como conductores de una convivencia intergeneracional en la que jóvenes, mayores y personas con diversidad funcional compartieron una jornada que, en circunstancias normales, sería casi imposible. Romper las barreras sociales que distancian a estos colectivos es precisamente el objetivo de esta actividad que, desde hace ya quince años, organizan los futuros educadores sociales.

Además de los alumnos, que trabajan desde el inicio del curso en la preparación de esta jornada, detrás del encuentro están también referentes del ámbito educativo como Xosé Manuel Cid, actualmente vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Educación de Ourense, y educadores sociales como Millán Brea Castro.

En la convivencia de ayer, que arrancó con un encuentro en la Praza Maior, participaron un grupo de mayores de las Aulas da Terceira Idade de Galicia, y miembros de la Asociación de Persoas con Discapacidade de Ourense, ADO, y del Centro Ocupacional Aspafores de A Carballeira. En total, unas 50 personas dispuestas a compartir un mismo espacio y experiencia.

Tras el encuentro en la Praza Maior, en el que se leyó un manifiesto, los participantes se dirigieron al Xardín do Posío, donde se desarrolló un juego colectivo basado en la temática del parchís.

Tal y como reivindica la jornada, el juego es un nexo de conexión entre colectivos diversos y capaz de romper barreras para "fomentar una sociedad en la que se escuche a todos por igual y no se discrimine". Ya por la tarde, la jornada se trasladó al campus, donde se celebraron juegos populares en los que los mayores pudieron mostrar como se divertían de pequeños. La convivencia finalizó con una merienda en el edificio de Ferro.