"No me quejo como jubilada de Educación, pero vengo a pedir pensiones dignas porque entre la gente que conozco hay amigas cobrando la mínima, 400 euros, y no llegan para pagar el piso, comer y con el agravante de que hay hijos en paro y tienen hasta a los nietos a su cargo", explica Pepa Corredoira. "Fui secretaria sindical de la Mujer en Galicia y tuve que defender casos aberrantes, mientras ahora algunos políticos cobran solo de dietas 1.800 euros por ir a Madrid cuando tienen piso propio allí, y luego van a cobrar a mayores unas increíbles pensiones vitalicias que niegan a los demás".