José Viéitez está a punto de cumplir 34 años de trabajo en la gasolinera que la carretera nacional N-120 bordea a la altura de A Quinza, en el municipio de Ribadavia. El martes por la noche, sobre las 22.35, cuando quedaba menos de media hora para el cierre del establecimiento al público, un atracador que intentaba camuflarse con un pasamontañas, capucha y una funda de trabajo entró en la estación de servicio y le exigió el dinero esgrimiendo un arma de fuego. Sin que existiera forcejeo ni ofreciera resistencia, según la víctima, el delincuente le dio un tiro. "Me puso la pistola -cuenta mientras se señala el tórax- y disparó. Gracias que tenía el brazo delante y me impactó en la mano porque, si no, me hubiera dado en el pecho. Dentro de lo que cabe aún he tenido suerte. De momento estoy bien", dice mientras se recupera en planta del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO).

El martes por la noche fue intervenido de urgencia tras ser trasladado por una ambulancia. Le extrajeron la bala alojada por el disparo en la mano izquierda, pero será necesaria otra operación por una posible afectación del hueso, según describe. Está siendo tratado por personal médico del área de traumatología. Ayer trataba de reponerse del susto junto a su mujer, Belén, que fue testigo del asalto porque iba a recoger a su marido a la salida del turno (el matrimonio vive en San Cristovo, cerca de la gasolinera). "Me metí donde pude, debajo de una mesa, y llaamé al 112", relata la señora. Todavía con nervios se consuela con que José no saliese peor parado.

Sin entrar en muchos detalles porque la Policía Judicial de la Guradia Civil les pedido discreción para que la búsqueda del atracador tenga éxito, el empleado recuerda así cómo se desencadenó todo: "Era uno solo. Venía encapuchado, con un mono, y me dijo que le diera el dinero. Mi señora estaba en la puerta. Yo pensé que era una broma, pero disparó. ¿Si lo pasé mal? Cualquiera no tiene miedo en una situación así", dice a FARO.

Se llevó la recaudación

La Guardia Civil de Ourense emitió ayer un comunicado breve, a través de la Subdelegación del Gobierno, para confirmar el atraco registrado en la estación de servicio del kilómetro 589 de la nacional N-120, en Ribadavia. El delincuente se apropió del dinero de la recaudación del día, pero ni la víctima ni las fuentes consultadas próximas al caso pudieron precisar qué cantidad robó.

El instituto armado mantiene el mutismo sobre el caso. Desde que tuvo conocimiento del suceso, se pasó información a todas las comandancias de España por si se han detectado un delito con un modus operandi similar, que arroje luz a esta investigación. La Policía Judicial revisa las cámaras de la estación de servicio para intentar identificar al asaltante el vehículo en el que se dio a la fuga tras robar y dejar herido de bala al trabajador.

Cada 3 días, un atraco

Pocos casos trascienden porque la Guardia Civil y la Policía restringen la información, pero la estadística dice que en la provincia de Ourense cada 3 días se comete un delito de robo con violencia o intimidación, un atraco. Los últimos datos del Ministerio del Interior analizan el 2017 al completo. Entre enero y diciembre del año pasado, las fuerzas de seguridad investigaron 106 casos. En 2016 el número de atracos registrados fue de 107, un 0,9% más. La suma de todos los tipos de delitos perpetrados en la provincia en 2017 fue 7.222, un 2,7% menos que los registrados durante el año anterior.