La sequía que mantuvo en vilo a la comunidad gallega, y en especial a Ourense, ya es historia pero la ausencia prolongada de lluvias hasta el pasado diciembre ha disparado las alertas. Después de reunirse ayer con la oficina técnica de la sequía, el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, CHMS, Francisco Marín, incidió en la necesidad de "prepararse" ante situaciones como esta porque volverán a repetirse.
Con efecto inmediato, la demarcación ha recuperado los niveles de normalidad. El llenado de los embalses está al 81%, el caudal de los ríos duplica su promedio histórico y con un registro de precipitaciones que supera la media de los últimos 30 años la previsión es de más lluvia durante las próximas semanas, aunque no existe riesgo por el momento de desbordamiento en ningún río de la provincia.
Con esta situación, la mesa técnica de la sequía queda desconvocada y el seguimiento de los indicadores hídricos regresa a la oficina de planificación hidrológica de la CHMS. Marín recalcó ayer que no existe en este momento ningún nivel de activación.
No obstante, tras un año hidrológico "muy irregular" que arrancó en octubre con dos meses extremadamente secos precediendo a la reciente situación de "diluvio universal", el máximo responsable de la demarcación Miño-Sil señaló que estos son "los efectos del cambio climático", por lo que apeló a invertir en conocimiento para prevenir y mejorar la gestión de los fenómenos extremos.
En este sentido, Francisco Marín reconoció que "fue una suerte y un acierto" poner en marcha, a través de la oficina de planificación hidrológica de la CHMS, el proyecto de cooperación transfronteriza RISC Miño-Limia, que logró 2,3 millones de financiación europea precisamente para elaborar, con la ayuda del Campus del Agua y la universidad de Portugal un plan hidrológico conjunto y mapas de peligrosidad para mitigar los efectos de las inundaciones y de las situaciones de sequía o escasez en la cuenca internacional. "Se trata de invertir en conocimiento para estar mejor preparados ante los efectos del cambio climático", indicó, e incidió también en la necesidad de revisar y modificar los protocolos "para poder informar y alertar a la población ante estas situaciones".
Asimismo, recordó que los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes tienen que aprobar un plan de acción especial para situaciones de sequía en esta demarcación el único que ha "movido ficha" por el momento es Ponferrada, que ha presentado un borrador.