El gobierno local de Ourense contempla como "algo asumible" poder acometer un gasto que oscila entre 100.000 y 200.000 euros en la reparación de las pozas termales por el daño que causan las crecidas cada año, teniendo en cuenta que el Concello cuenta con un presupuesto que sobrepasa los 100 millones de euros. Considera que ese gasto está justificado, porque redunda en la entrada de miles de personas que visitan la ciudad en cada ejercicio, que suponen un mayor dinamismo para numerosos sectores, como la hostelería, el comercio y todo tipo de servicios.
A pesar de la poca capacidad que tiene el embalse de Velle para retener agua, por lo que cuenta con un escaso margen para actuar como elemento corrector del caudal durante los períodos de intensas lluvias -además de regirse por criterios económicos de la propia hidroeléctrica, que siempre tenderá tendencia a producir electricidad cuando su precio es más caro-, el portavoz del grupo de gobierno, José Araújo, no contempla la posibilidad de que en un momento dado se pueda plantear la opción de demoler las infraestructuras termales, que se encuentran en zona inundable, para trasladarlas a un nivel más elevado que no alcancen las crecidas del río Miño, alimentadas con el bombeo de agua caliente desde los manantiales.
"Sería incomprensible que una ciudad como la de Ourense no pudiera asumir un mantenimiento de esas características", teniendo en cuenta el elevado coste que ha supuesto su construcción, además de entender que "supondría destruir uno de los encantos de la ciudad. Eso es una barbaridad. Es como si nosotros planteamos que el Concello de Vigo lleve la playa de Samil a un nivel más elevado, para que no se destroce todos los años. Y ocurre lo mismo con Riazor. Lo curioso es que en la costa tienen destrozos todos los años y nunca se plantean eso. Aquí se cuestiona siempre. En la costa cuando tienen desperfectos los arreglan y siguen funcionando, porque es su fuente de salud y de riqueza", agrega Araújo.
El grupo de gobierno del PP apuesta por mantener durante todo el año "un modelo de oferta termal", equivalente a la temporada alta, porque cuenta con instalaciones de gestión municipal y de gestión privada que permanecen operativas de forma permanente. Dentro de la oferta de espacios gratuitos que ofrece el Concello a los vecinos de la ciudad y a los que la visitan están "la piscina de As Burgas, que permanece siempre operativa; en la margen derecha del Miño tenemos A Chavasqueira, de titularidad municipal, con gestión privada, que se mantiene siempre en funcionamiento; y Outariz, también municipal, con gestión privada, que permanece siempre operativa", explica José Araújo. En la zona de Outariz "hay un porcentaje de pozas en la parte pública que casi siempre está operativo".
El portavoz del gobierno local considera que las pozas termales que están en el cauce del río "tienen un atractivo extra por estar construidas en esa zona, pero la naturaleza marca los tiempos y hay una parte del año en la que las termas están cubiertas, independientemente de la existencia de los embalses", como el de Velle, que tiene una capacidad muy reducida para almacenar agua. Araújo tiene claro que, como las termas se encuentran en el cauce del río, cuando vienen las ápocas de lluvia fuerte y sube el nivel de las aguas quedan inundadas".
El Concello de Ourense intenta coordinarse con las compañías hidroeléctricas que tienen la titularidad de los embalses, para hacer labores de limpieza, sobre todo en las pozas de O Muíño da Veiga, "las que presentan mayor complejidad, porque el agua nace directamente de la terma y depende del cauce del río".
