Cientos de personas realizaron ayer una peregrinación para visitar los sagrarios de las 16 iglesias parroquiales que hay en la ciudad de Ourense. Las iglesias permanecieron abiertas hasta las doce de la noche, para que pudiera cumplirse esta tradición, que el deán de la basílica, José Pérez Domínguez, considera que ha tenido su origen en el siglo XIV, posiblemente con tan solo tres o cuatro templos.
La gente del centro de la ciudad comenzó el itinerario en la catedral, para desplazarse luego hasta las iglesias de Santa Eufemia, Santo Domingo, As Mercedes, Franciscanos, Salesianos, Trinidad, Mariñamansa, Fátima, Corazón de Jesús y la del barrio de A Ponte, entre otras, destaca el delegado de patrimonio de la diócesis, Miguel Ángel González.
La mayor parte de la gente que se implica año tras año en la Procesión de los Sagrarios son personas mayores, pero también cuenta con la participación de jóvenes y de niños, que hacen el recorrido con sus familias.
En estas fechas, "todas las parroquias de la ciudad tienen su monumento, donde es adorado Jesús Sacramentado", el Jueves Santo por la tarde y durante las primeras horas de la mañana del Viernes Santo.
Los participantes se desplazan a los distintos templos de la ciudad, "por la necesidad de estar en vigilia con el Señor". Jesús celebró la última cena con los discípulos, "se despide de ellos y luego va a ser prendido en el Jardín de Getsemaní, para ser juzgado por el imperio romano y por el mundo judío".
Los visitantes permanecieron atentos, para que no les pasara lo mismo que a Simón, Santiago y Juan, que se quedaron dormidos en el jardín, por lo que el Señor fue entregado.
También se trata de "un agradecimiento a la institución de la Eucaristía, por lo que se reserva la Eucaristía en el monumento". En la catedral, se realiza en la capilla del Cristo, con un sagrario especialmente adornado, con velas, en Semana Santa. "El agradecimiento de ayer, en Semana Santa, se convierte en procesión solemne el día del Corpus", señala González.
Los actos realizados ayer en la catedral "tienen como objetivo "realzar la importancia de la Eucaristía y del sacerdocio", por un lado, y por el otro "el amor fraterno, que simboliza el lavatorio de los pies". El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, realizó en la catedral el lavado de los pies, a doce personas que representan a los apóstoles, como símbolo de humildad. Pretende demostrar que los sacerdotes "tienen que ser los servidores", explica Miguel Ángel González.
El obispo presidió la celebración de una misa, que ha dado paso a la representación de escenas de la última cena de Jesús. El lavatorio de pies se realizó en el presbiterio de la catedral.
