"No nos dejemos atrapar por los fríos criterios de aquellos que analizan nuestro ministerio desde fuera. No somos (los sacerdotes) un colectivo de fracasados, ni de ancianos decrépitos. No somos una especie rara en vía de extinción", declaró ayer el obispo de Ourense, Leonardo Lemos" en su homilía de la Misa Crismal, un acto crucial dentro del programa de la Semana Santa, en el que el clero diocesano renueva su vocaciones, y se bendicen además el Santo Crisma y los Santos óleos. Una homilía, en la que el prelado ourensano, alentó a sus clero que los alentó además a "construir" con su ejemplo "cultura vocacional", en una clara alegoría a la realidad de una diócesis con menos de 300 sacerdotes, para un total de 735 parroquias.

El obispo de Ourense presidió ayer esa Misa Crismal celebrada en la tarde de ayer en la Catedral de Ourense y concelebrada por cerca de un centenar de presbíteros de la diócesis, y les animó en esa misa de renovación de los compromisos de los sacerdotes, a ser un ejemplo "para nuestros hermanos laicos y los miembros de la vida consagrada que cuando nos contemplan llenos de esperanza y de alegría, ilusionados en el desempeño de nuestro ministerio sacerdotal, ellos mismos reviven también con entusiasmo su propia vocación en la Iglesia.

En un contexto complejo en el que de esos 300 sacerdotes, más de 50 tienen más de 80 años de edad el obispo animó a sus presbíteros "a que sigáis caminando juntos con entusiasmo y esperanza. No perdáis la ilusión ante las dificultades" pues en la medida en que nos esforcemos por vivir con alegría la belleza de nuestra vocación sacerdotal, estaremos siendo constructores de esa "cultura vocacional" y bien sabéis que es ésta una de las más graves necesidades de nuestro presbiterio: "necesitamos buenos y santos sacerdotes, ¡hoy más que nunca!".