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25 ciegos realizan senderismo en la Ribeira Sacra

Visitaron la capilla y la necrópolis de San Víctor de Barxacova, el puente romano de Conceliñas y el canal de la hidroeléctrica

Un tramo del itinerario. // FdV

Un total de 25 personas ciegas, acompañadas por 12 guías, realizaron ayer la ruta de senderismo del Río Mao en la Ribeira Sacra, de forma circular, con 16 kilómetros de longitud. Tuvieron que superar bastantes adversidades, dado que parte del recorrido lo hicieron bajo la lluvia, protegidos con chubasqueros, sombreros de agua o paraguas. Sin embargo, la práctica totalidad define la jornada como "algo inolvidable", por la experiencia y las sensaciones tan intensas que han vivido.

Después de desplazarse en dos autobuses, procedentes de A Coruña-Lugo y de Pontevedra-Vigo, se reunieron en el albergue de la Fábrica de la Luz en Barxacova (Parada de Sil). Visitaron la capilla y la necrópolis de San Víctor de Barxacova, el puente romano de Conceliñas y el canal de la antigua central hidroeléctrica.

Realizaron el recorrido caminando muy despacio, para poder disfrutar del sonido de la caída del agua entre las rocas, de la vegetación que pudieron percibir tocando el tronco de los árboles y los líquenes con sus manos, además de escuchar la descripción del paisaje realizada por los acompañantes. Fueron múltiples las sensaciones que han tenido, al ir pisando por terrenos de hierba, de tierra y de piedra, además de disfrutar de los olores, de los ruidos y de respirar aire puro.

Los acompañantes recurrieron a la utilización de las manos para que los ciegos comprendieran la configuración del cañón, "haciendo una forma con sus manos o se la colocas a ellos. Juntas las dos manos de la persona invidente en forma de v, las pones casi en vertical, y le explicas que por abajo discurre el río y el resto son las montañas. Les describes las terracitas y los socalcos de los viñedos. Los árboles están todos llenos de líquenes ahora mismo, porque esto es bosque autóctono. Hay muchas ramas en el suelo, llenas de líquenes, que cogen en sus manos", explica la animadora sociocultural Nieves García.

La mayor parte de los participantes nacieron con el sentido de la vista, por lo que basta con que los acompañantes les hagan la descripción del paisaje para que puedan disfrutarlo. A los demás tuvieron que expresárselo con las manos, complementado con lo que percibieron por los demás sentidos.

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