La fecha del San Lázaro es señalada para las personas que colocan sus puestos en varios laterales del parque, y colocan sus productos, sobre todo relacionados con alimentación, con especial atención a las rosquillas. Pero ayer tuvieron que aguantar una lluvia intensa con frío, con algunos claros de sol que permitieron el recorrido de la procesión sin necesidad de ir bajo paraguas.

"Fue una pena el día, pues siempre viene mucha gente al San Lázaro", aseguraba una mujer que estaba en uno de esos puestos y que ofertaba pan de Cea y, cómo no, las famosas rasquiñas que en diferente tamaño de envase compraban los que salían del templo de los Franciscanos. Pero allí siguieron, con la esperanza de que "esto escampe y podamos hacer algo de caja", un deseo que a media tarde se hizo realidad, aunque por poco tiempo.