El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense realizó durante el pasado mes de febrero unas 10.000 pruebas de alcoholemia, de las que 160 tuvieron resultado positivo. Veinticinco de esos infractores fueron puestos a disposición judicial como investigados por un delito contra la seguridad vial, ya que la cantidad de alcohol ingerida arrojó tasas superiores a 0,60 miligramos por litro.

En relación con los controles de detección de drogas, se realizaron en torno a 150 pruebas, con un resultado positivo unas 60 lo que, asegura Tráfico, "pone de manifiesto un notable aumento del consumo de drogas durante la conducción".

La Guardia Civil intensifica este tipo de controles para "retirar de la circulación a aquellos conductores que ponen en peligro su vida y la de los demás usuarios de las carreteras".