Sergio Collado (1982) ha sido músico indie, ahora es poeta, otra manera de hacer la revolución. En su Granada cuesta más que en ningún otro lugar separar esas dos artes comunicantes, indisociables. Los versos de Lorca y García Montero que pueden leerse con las guitarras afiladas de Lagartija Nick, el lamento psicodélico de Los Planetas con frases redondas de Jota, el genio inmortal de Enrique Morente, un flamenco que conquistó el rock declamando a Leonard Cohen, que fue -que es- "el cantaor más punk que ha existido", como dijo su hija Soleá. Ourense alumbra a Sergio Collado, un autor que se estrena gracias al Premio de Poesía El Cercano. Fragmentos del tiempo líquido, el mejor de los 42 poemarios que se presentaron a la segunda edición del certamen, descubre "a un poeta que empieza y alcanza lo más difícil, una voz propia, un ángulo distinto de ver el mundo que le pertenece solo a él", subraya el escritor Manuel Janeiro, miembro del jurado y director de "Eirasvedras", la colección de poesía con la que el espacio cultural ourensano contribuye a una causa difícil: "Hay dos grandes enemigos: en primer lugar, los falsos poetas que inundan las mesas editoriales y los premios. En segundo, que solo un 1% de los lectores, según las estadísticas, lee poesía", expuso el presentador.

" Quiero cuidar gatos y que el resto se vayan / Que dejen la ciudad a los turistas (...) Voy a integrarme sin levantar sospechas (...) Abro el Tinder, solo hay gente de paso", retratan varios versos del poema que el autor ha elegido para que su obra permanezca, además de en un libro, en la pared del Cercano.

Sergio es pedagogo y, antes de desmenuzar su poemario, lamenta: "La poesía ha sido infravalorada en el ámbito escolar". Su primer libro está estructurado en cuatro capítulos que parecen las etapas de una vida. Dilución sirve para "derribar muros y quitar prejuicios". Inmersión demuestra que "la ligereza no tiene por qué ser mala". Flotar es un paso inevitable a un terreno de la duda, "más oscuro y pesimista". Culmina la narración con Nadar, un final que expresa "el escepticismo ante las modas".

"No sé si soy un poeta", se dice Collado en mitad de la presentación, convencido al menos de que Fragmentos del tiempo líquido "toca la fibra, puede emocionar y abrir conciencias". El primer poemario de un escritor que cita entre sus influencias a Ángel González, Gil de Biedma, Michel Houellebecq, pero también las películas de Wim Wenders, reivindica "un lenguaje estético y conmovedor, pero también ético, que fomente el cuidado", explica el autor en su primera vez en Ourense.

" Todo lo apostaba por ti, que se joda el mundo / Yo, que reivindicaba la paz social". En la obra el género literario es lo de menos. "Es un poemario que se puede leer como una pequeña novela de cuatro capítulos", defiende Sergio Collado. Hay dosis de crítica social a una época tecnológica, superficial y capitalista, "en que las relaciones y el trabajo son inestables, todo es más enrevesado": " Nos estiran como una goma el corazón / No podré resistir. / Mezclaba socialismo con jaulas de oro / Me cagaba en Maastricht y en la autoayuda; / generarán monstruos", denuncia el poema inicial. "Es un libro testigo de nuestro tiempo, pero también es una historia sobre el amor libre, no convencional, más allá de la monogamia". Sí, es poeta.