El arrastre de las cenizas de los incendios de octubre debido al temporal Gisele ha provocado que el municipio de Ribadavia se quede sin agua potable, obligando al Concello a emitir un bando en el que insta a sus vecinos a no beber el agua de la traída debido a un exceso de turbidez.

La empresa gestora del servicio, Aqualia, atribuye el mal estado del agua al arrastre de cenizas por la ola de fuegos. La jefa de servicio, Paula Díaz, confirma que la decisión de advertir a los vecinos se tomó el miércoles tras comprobar que el grado de turbidez del agua superaba los límites establecidos por Sanidad para su ingesta, aunque asegura se puede seguir empleando para la higiene personal y el lavado de ropa y utensilios de cocina.

Explica que el mal estado de la misma se debe al arrastre de partículas de ceniza procedentes de la zona en la que se hace la captación para la capital del Avia. Estas instalaciones están en el vecino municipio de Carballeda de Avia, donde la oleada de incendios del pasado mes de octubre afectó a más del 70 por ciento de la superficie municipal.

Apunta Díaz que a las 12.00 horas del miércoles se detectó que los índices de turbidez superaban el baremo establecido para prohibir su consumo, por lo que se procedió a informar a la delegación territorial de Sanidad y al ayuntamiento.

Tras ello la decisión fue emitir un bando para advertir a la población aunque no se ha cortado el servicio, ya que tanto el Concello como la empresa "están estudiando medidas para solventar la situación en el menor plazo de tiempo posible".

Mientras tanto, para atender a la demanda de los vecinos la empresa reparte desde ayer garrafas de agua en sus instalaciones en la villa, en horario de 9.00 a 14.00 y de 15.00 a 18.00 horas. Y concretamente ayer se entregaron 350 envases de cinco litros, una cifra que se estima se repita en la jornada de hoy. Hay vecinos que dicen que el agua de la traída según como está le encuentran un sabor amargo.

Desde la empresa advierten de que la solución pasa por que haya "una tregua" en las lluvias, que "están siendo intensas con motivo de la sucesión de borrascas". De este modo, confía en que se podrá "purgar la red y eliminar los restos" que puedan quedar en el suministro.

Mediciones diarias

También llama a la calma de los consumidores y explica que se están haciendo mediciones sobre la turbidez del agua diez veces al día y un análisis diario en laboratorios especializados.

La jefa de Servicios de Aqualia, apunta que se seguirán entregando garrafas de aguas, por cuenta de la empresa, hasta que la Sanidad diga lo contrario. Confía en que la solución llegue pronto ya que si las lluvias reducen su intensidad la situación seguramente mejorará.

Carballeda de Avia

Y aunque la zona de captación de agua de Ribadavia está en el concello vecino de Carballeda de Avia, el alcalde de esta localidad, Luis Milia, punta que en su municipio no hay este problema ya que la captación está mucho más arriba que la de la Ribadavia, en Abelenda das Penas, y "el río vienen bien".

Explica el regidor que en cambio donde se suministra Ribadavia está mucho más abajo y allí confluyen tres riachuelos, viniendo uno de Abelenda, "el más puro", otro de Villar de Condes donde dice ardió todo, y otro que viene de la zona de las canteras donde también dice también ardió en octubre. Precisamente aquí destaca que, debido a las canteras, a veces este cauce lleva partículas de piedra disuelta, arenillas, y que éstas son más complicadas de pasar por los filtros que la propia ceniza.

Apunta además Milia que llovió tanto estos días que estos ríos se desbordaron y además entraron en terrenos que ardieron y arrastran también las cenizas que hay en ellos.