Un conductor ha sido acusado de un delito contra la seguridad vial y otro de atentado tras intentar eludir un control de alcoholemia en Verín realizando una brusca maniobra en la que casi se lleva por delante a los agentes. La Fiscalía solicita una pena de ocho meses de prisión y tres años sin carné por el primer delito y 3 años y un día de cárcel por el segundo.

Según recoge el escrito de acusación, eran las 1.10 horas de la madrugada del 26 de septiembre de 2015 cuando el acusado, que circulaba por la avenida Luis Espada, observó que se había montado un control preventivo de alcoholemia. Cuando los agentes dieron el alto al vehículo que le precedía, señala la acusación, "aceleró bruscamente intentando evitar el control, poniendo en riesgo con su conducción a los agentes actuantes". Añade el relato que tuvieron que apartarse de la trayectoria del vehículo para no ser atropellados "puesto que el acusado cada vez aceleraba más y se dirigía directamente hacia ellos". El juicio, previsto para ayer, se suspendió y ha sido aplazado.