La Concejalía de Benestar atendió el pasado año a través de su albergue municipal del transeúnte a 441 personas sin hogar, que realizaron un total de 4.662 pernoctaciones. De esas 441 personas atendidas, 179 eran gente de paso por la ciudad, pero los 262 restantes son viejos conocidos y conocidas de un servicio de albergue que, desde octubre, hasta que remate el presente mes de marzo, ofrece su "campaña del frío" y permite que "con esta bajada de temperaturas que hubo y ahora con las fuertes lluvias, no se quede nadie durmiendo en la calle y puedan pasar más días en el albergue si así lo desean, del máximo de tres que tenemos establecido", según explica la concejal de Benestar de Ourense Sofía Godoy.

El perfil de esas personas sin hogar que son en muchos casos vecinos y vecinas censadas o residentes fijos en Ourense, es mayoritariamente masculino. Del total de 441 personas atendidas, 380 eran hombres de entre 40 y 50 años de edad, viudos o separados, sin trabajo o que perciben en algún caso una paga social mínima y con una vida familiar desestructurada y a menudo con problemas de alcoholismo.

"No siempre son personas sin techo, sino que algunos duermen en una habitación o un hostal, mientras tienen algo de dinero dura esa paga mínima si la perciben, y luego van intercalando el dormir aquí tres días en el albergue, con viajes itinerantes a otras ciudades para aprovechar los tres días que le dan en otras ciudades próximas, o bien duermen en la calle", indican fuentes del área de asuntos sociales del Concello de Ourense, que se ocupa del albergue y de todo un amplio programa paralelo de asesoramiento, desde sanitaria a tramitación de documentos o solicitud de pensiones especiales.

La ruta de los sin techo

En algún caso dormir en esos lugares que ellos han elegido para pasar la noche, es una opción que no quieren cambiar y algunos son reacios a ir al albergue del transeúnte. Según Diego Conde, con una amplia experiencia como técnico del programa de personas sin hogar de Cruz Roja, "tenemos detectados entre 25 y 30 lugares donde suelen dormir, desde cajeros de bancos en Juan XXIII y otras calles, hasta las estaciones de tren y la de autobuses, donde les permiten dormir en los bancos".

Le llama la atención que "a veces la gente tiene miedo de entrar a un cajero si hay alguien durmiendo dentro, pero le puedo asegurar que ellos nos tienen más miedo a nosotros", explica Diego, máxime tras algún episodio de maltrato vagabundos en otras ciudades.

Un trabajo coordinado

Pero todo el trabajo de apoyo que se realiza a las personas sin hogar no se queda concepto de beneficencia, sino que se enmarcar en una labor de profesionales coordinados, en la que interviene el Concello, dándoles cena, cama y desayuno, así como una amplia carta de apoyo social y oferta lúdica en el albergue por las tardes; Cáritas a través del comedor social que reparte más de 300 diarias y el mencionado apoyo de Cruz Roja que colabora con el Concello realizando programas de tarde en el albergue de transeúntes para que las personas que lo deseen, unas 100 al mes puedan "estar bajo techo", dialogar, ver películas, utilizar un ordenador o tomar un café. Cruz Roja además se mueve "in situ" y hace rutas por los lugares donde están estas personas para interesarse por su estado y brindarles kits con saco de dormir y productos de aseo.

En el Concello los asistentes sociales y trabajadores sociales "no nos limitamos a abrirles la puerta del centro sino que la labor es más amplia y se mueven todos los mecanismos para que estas personas puedan incluso tener la oportunidad si así lo desean de entrar en otros programa de ayuda", indican fuentes del área de Benestar del Concello. Todos están detectados, y tienen siempre de forma voluntaria, la posibilidad de apuntarse a cualquiera de los programas de reinserción, rehabilitación o cursos de formación del Concello.