Los tres grupos de la oposición en el Concello de Ourense, Democracia Ourensana, Partido Socialista y Ourense en Común, dejaron patente ayer su apoyo al Colegio oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) en su rechazo al proyecto de intermodalidad del AVE en la ciudad, al esgrimir que su postura coincide con las alegaciones que en su momento habían presentado. Por su parte, el grupo popular, que gobierna en minoría, no duda en apoyar el proyecto y, al igual que la Xunta, alude a la "incongruente" postura de rechazo, después de que se aprobase por unanimidad el proyecto en la Comisión Superior de Urbanismo, en la que está representado el COAG.

Y si por parte del gobierno popular se va más allá, al reprochar al Colegio de Arquitectos "el desconocimiento de la realidad", así como "la maliciosa falta de veracidad", los grupos de la oposición aseguran que tanto el proyecto de la Xunta, relativo a la terminal de autobuses, como el del Ministerio de Fomento, de la futura estación del AVE, "no existe la intermodalidad desde ningún punto de vista".

Otra de las cuestiones que se convierte en el epicentro de la controversia está relacionado con los problemas de "saturación" de tráfico en la calle Eulogio Gómez Franqueira. La Consellería de Infraestructuras rechaza los argumentos del Colegio oficial de Arquitectos, y explica que ni el Ministerio de Fomento, que es el titular de ese vial, ni los estudios de tráfico que se realizaron por técnicos competentes en la materia llegan a esa conclusión, sino todo lo contrario, y asegura que las obras previstas "no afectarán a la fluidez del tráfico".

Intereses de la ciudad

Una de las cuestiones que invocan las dos partes en litigio, de forma reiterada, son los intereses de la ciudad. Así, por parte de la Consellería de Infraestructuras se defiende que si el objetivo es contar con una intermodal "sencilla y rápida", el proyecto aprobado "es la mejora solución".

Y añadir que la intermodalidad efectiva constituyó el principal criterio de diseño de la actuación que se llevará a cabo, y que permite configurar una estación intermodal de transporte público única, conformada por la terminal ferroviaria, de autobuses, aparcamiento subterráneo, plaza central y el conjunto de servicios necesarios para los viajeros.

Diferente visión tienen los grupos de la oposición, que al igual que el COAG señalan que el proyecto "incumple" la ley de ordenación de Transporte Terrestre, y que se plasma en su "impacto negativo" en la movilidad y vertebración e la ciudad. Y asegurar que "las pretensiones de Partido Popular - en las administraciones que gobiernan, Central autonómica y Local- chocan con los intereses de la ciudad".

Y mientras la Xunta destaca que se trata de una solución funcional, arquitectónica y estética de la nueva estación intermodal, que se desarrolla en un trabajo conjunto y coordinado de los equipos redactores de la terminal de ferrocarriles y la de autobuses, los grupos de la oposición tienen claro que el alcalde, la Consellería de infraestructuras y el Ministerio de Fomento "lo que quieren es imponer a todos los ourensanos ese proyecto".

Es por eso que mantienen su rechazo al proyecto, a la vez que advierten de la consecuencias que pueden tener en el futuro.