Un total de 16 empresas presentaron sus ofertas para la ejecución de la nueva carretera que conectará la A-52 con el Polígono Industrial de San Cibrao das Viñas, a través de la N-525, licitada por 21 millones de euros para iniciar los trabajos antes del verano.

La Administración autonómica reconoce que se trata de "un proyecto prioritario y esencial" para dotar de nuevas oportunidades al Concello de San Cibrao das Viñas y al polígono empresarial, así como para la promoción económica de toda la provincia de Ourense. La Xunta apuesta por esta infraestructura, logrando, inicialmente, los fondos europeos para garantizar su ejecución y reservando las partidas necesarias en los presupuestos, con 5,7 millones de euros.

La vía de nuevo trazado, que recorrerá los municipios de Taboadela y San Cibrao das Viñas, tendrá una longitud aproximada de 4,5 kilómetros. Comenzará en el enlace de Gargantós, que conecta la A-52 con la autovía que va de Ourense a Celanova, la AG-31, mediante la reordenación de accesos a través de una glorieta bajo la A-52 y después de salvar el río Benito, finalizará en la N-525, al sur del actual acceso al polígono industrial.

La nueva conexión contará con aceras y dos carriles, a los que se sumará un tercer carril en la mitad del recorrido. Para salvar el río, se construirá un viaducto de más de medio kilómetro, con pilares que tendrán entre 20 y 54 metros de altura, cuatro pasos inferiores y uno superior para dar continuidad a las vías locales y caminos de servicios existentes. Una vez construida, la nueva infraestructura reducirá el recorrido de conexión con la A-52 en cerca de un 66%, al pasar de 11 a 4,5 kilómetros.