El comisario designado para llevar las riendas de la Policía Nacional en Ourense tras la peor crisis de su historia -anónimos, robo de armas, la muerte de un agente, la detención de los gemelos como sospechosos y hasta 8 investigados de uniforme en tres causas distintas- acudió ayer a la sede que va a comandar. Hoy ha sido recibido por el subdelegado, Roberto Castro. Juan Carlos Blázquez Hernández se reunió por primera vez con los responsables de brigada, las 5 de la comisaría provincial: Judicial, Científica, Seguridad Ciudadana, Extranjería e Información. "Es una persona formada, tiene criterio y facilidad de palabra y parece sensato", destacan quienes ya han podido hablar con él. El nuevo mando se presentó, tomó posesión de su nueva responsabilidad como cara visible de la Policía en la ciudad, tras una vida en la línea reservada de la investigación y hoy estaba previsto que mantuviera un nuevo contacto con los responsables de las distintas unidades. Aún no se ha comunicado la fecha para su acto de presentación.

Blázquez sustituirá en el cargo a Antonio Álvarez Valencia después de que este último, natural de Muíños, permaneciera dos años al frente de la demarcación de As Lagoas hasta que se produjo su jubilación, el pasado 29 de enero. Tiene 59 años y es natural de Madrid. Empezó su etapa profesional como policía en 1984 en la comisaría de Sestao (Vizcaya). A continuación, se trasladó al Servicio Central Operativo de la Comisaría General de Información en Madrid. Posteriormente, asumió la dirección de servicios de Sistemas Electrónicos dependientes de la Jefatura de Servicios Especiales durante 22 años, hasta su ascenso a comisario, cuando estaba destinado como jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Galicia.

Blázquez Hernández es un recién llegado al escalafón de comisario que tiene 6 años por delante, todavía, para dirigir el rumbo de la Policía ourensana. El reto es enorme: dar un giro y dejar atrás el pasado truculento de los capítulos de la crisis interna. Además, en junio se cumplirán 3 años del hallazgo del cuerpo de Socorro Pérez, asesinada y posible víctima de una agresión sexual el 2 de mayo de ese año, cuando hacía deporte cerca del Seminario.

Una plantilla bajo mínimos

Blázquez comandará una plantilla impactada tras 3 años de crisis sucesivas, y además bajo mínimos. El catálogo de Interior establece un número de 242 funcionarios pero en la actualidad hay unos 60 menos de los que debería. Este año se jubilarán 13 agentes y el concurso de traslados, que se resolverá en junio, solo prevé la cobertura de 4 plazas de policía, 2 de oficial y 2 de subinspector. "La comisaría atraviesa la peor situación en materia de personal de los últimos 15 años", advertía el domingo en una entrevista con este diario Roberto González, el responsable en Galicia del SUP, el principal sindicato policial.

En su opinión, el nuevo comisario "tiene la misión de desbloquear la construcción del módulo de seguridad en el CHUO. Debe presionar a la superioridad para que incremente la escasa dotación de servicios extraordinarios asignados y de funcionarios en prácticas. La responsabilidad de motivar a todos los agentes y, en especial, a los que prestan servicio a turnos rotatorios, propiciando una modalidad que permita conciliar mejor la vida familiar y laboral. Además debe seguir unos criterios objetivos en las propuestas de condecoración, priorizando los hechos específicos sobre las medallas de trayectoria y actuando con transparencia y objetividad en los movimientos internos de comisaría".