La magistrada que profundizó durante casi 2 años, en secreto, en las causas y sospechosos de la trama de la Policía Nacional en Ourense regresó a la comisaría ayer,. Eva Armesto, titular de Instrucción 3, acudió junto al secretario de su juzgado a la recogida de muestras del maletero del coche en el que Roi D. L., uno de los policías gemelos investigados por el presunto homicidio de su compañero Celso B. A., en 2016, fue captado por las cámaras accediendo por el garaje la tarde en que ocurrió la muerte. Tras las detenciones, de ese vehículo ya se había recogido una funda con sangre que los hermanos atribuyeron a la matanza del cerdo, así como muestras pequeñas con bastoncillos. Según fuentes del caso, el laboratorio aún no ha confirmado si el plasma es de animal o persona. Manteniendo la línea de la investigación en el presunto homicidio, la juez presenció ayer la extracción de varios trozos de la moqueta del maletero para que se compruebe si existen vestigios del policía fallecido. Es la tercera ocasión que la magistrada se persona a la sede de la Policía, tras el levantamiento del cadáver de Celso y una reconstrucción de la muerte (meses después).

Asistieron a la diligencia en presencia de la autoridad el jefe de la brigada de Policía Judicial y un agente de la Científica, así como el abogado defensor de Roi y Bernardo. El vehículo, un Volvo XC90, permanece precintado en el garaje de comisaría desde que se produjeron las detenciones, en enero. En la inspección practicada ayer, la magistrada requirió la presencia de un operario de la casa de automóviles para que desmontase la parte de moqueta de los laterales del maletero. El letrado prefería que se aguardara al resultado del primer análisis del coche, que ya fue sometido a una inspección tras los arrestos en la que se aplicó luminol, una sustancia que los investigadores usan para detectar trazas de sangre en escenas del crimen. La defensa considera que había que esperar a que el laboratorio pudiera confirmar que la sangre era animal, evitando causar daños en el vehículo.

A las 15.12 horas del 9 de abril de 2016 las cámaras graban la entrada del Volvo en el garaje. Fue estacionado en un lugar en el que solían hacerlo los gemelos: una plaza amplia de la primera planta del garaje que está fuera del ángulo de cámara y cerca de una puerta que conduce a un pasadizo que llega por las tripas del edificio a la galería de tiro. Cree la magistrada que desde así pudieron llegar sin preocuparse por las cámaras al despacho de Celso, en la quinta planta, donde el fallecido apareció muerto de un disparo en la cabeza con una de las pistolas robadas en el búnker entre 2014 y 2015 (otras dos aparecieron en un cajón y un archivador de ese cuarto).

En el conducto se recogieron en octubre de 2016 un total de 14 huellas cuya identificación no se ha confirmado. La defensa esgrime que Roi, que ese día acudió por la mañana a comisaría para dejar otro vehículo, un Audi A5 que continúa incautado, salió esa tarde a hacer compras mientras Bernardo estuvo viendo partidos de pádel en el complejo deportivo de Monterrei, a 8,5 kilómetros y unos 10 minutos en coche (su teléfono móvil, sin tráfico de llamadas, ubicó en ese lugar al excompañero y exjefe de Celso en el departamento de prensa).

La instructora se inclina por la tesis del homicidio por diversos indicios, incluyendo que la trama de los anónimos y el robo de armas -que los investigadores atribuyeron a los gemelos y el fallecido- degenerara en un homicidio por un móvil todavía por determinar. Pesó para la juez que el arma de la muerte estuviera con la recámara abierta pese a que no había cargador, cuando la corredera debería estar cerrada. Armesto se apoya en un informe de balística forense que sitúa la distancia de disparo a 10 centímetros, con trayectoria "notoria y significativamente descendente", más compatible con el crimen.

Pero el abogado de los gemelos, Neil González, insiste en informes que según su criterio son contrarios a esa teoría. Cita por ejemplo que Celso tenía restos de disparo en la mano izquierda -era zurdo-, esgrime una corrección de Toxicología que sitúa la distancia del tiro a entre 2 y 6 centímetros, y recuerda que la reconstrucción virtual del crimen realizada por la Guardia Civil no concluye que se tratara de un homicidio y sostiene que Celso se encontraba sentado, lo que justificaría la ausencia de golpes en el cuerpo que para la juez son un indicio criminal, sospechando que el cadáver fue colocado en el suelo.

La defensa: "No es homicidio"

La magistrada se hace eco de un informe de ADN para concluir, en el auto que ordena la detención y registros, "la posibilidad de coincidencia" de los vestigios genéticos hallados en la pistola de la que se salió el disparo mortal "con familiares dentro del tercer o cuarto grado" de los gemelos, concluyendo la instructora que el arma -una de las robadas del búnker- estuvo en casa de los investigados. La defensa pedirá que el autor del informe, un catedrático de Medicina Legal, declare en el juzgado o por videoconferencia para aclarar qué quiso decir. La lectura del dictamen que hace la defensa se aleja de la interpretación de la juez Armesto.

En la muestra analizada hay una base de la víctima y de otra persona. "Pediremos que un experto aclare si es más probable que se trate de una persona al azar que de un tío o sobrino, como indica el auto. El informe dice que la razón de verosimilitud de la hipótesis de que la muestra sea de la víctima y un individuo al azar es 736,77 veces mayor que de que sea de la víctima y un hermano de Roi y Bernardo. Y 12,96 veces mayor que de que se trate de la víctima y un tío, tía, sobrino o sobrina de ellos", subraya el abogado.

A 3 días de que se cumpla un mes de las detenciones de Roi y Bernardo -el 19 de enero-, su defensa se ratifica: "No hay un dato que apunte a un homicidio, sino lo contrario"