Juan Atrio tiene claro que si San Valentín no existiera como fecha comercial dedicada al Día de los Enamorados "habría que inventarlo". Su floristería en la Plaza de Abastos tuvo horario continuo. "No podemos calcular el número de rosas y ramos que vendimos, pero esta fecha a mitad de febrero es un impulso para nuestro sector," indica, "pues tras la difícil cuesta de enero viene el Entroido y en Carnaval la gente no viene a comprar flores". Ayer, en las floristerías predominó la venta de rosas rojas. Recibió pedidos de jóvenes y abuelos, "y algunos incluso nos hicieron llevar el pedido al restaurante en el que estaba comiendo la pareja". Así que las rosas fueron el verso elegido por los "cyranos" de As Burgas en el día de ayer.
Los más prácticos optaron por un "para ti y para mi" y reservaron mesa para dos. Hubo lleno en la mayoría de los restaurantes. Para el sector de hostelería "también son fechas muy buenas, pues a mediodía tuvimos parejas de mediana edad, y por la noche la mayoría eran parejas jóvenes", explica Javier Outumuro, presidente de la Unión de Hosteleros de Ourense. Coincide en que San Valentín es una excusa claramente comercial y necesaria, pues este año coincidió a mitad de semana y después del Entroido con lo que los restaurantes se aseguraron un lleno que no tendrían un miércoles cualquiera. Su local, A Taberna, fue el elegido este año por la Asociación de Amigos da Cociña Galega para celebrar ayer el Día de los Enamorados con sus parejas.
Algunos restaurantes "elaboraron incluso menús especiales, algunos con nombres sugerentes y referentes a la fecha y productos como chocolate, frutos rojos, fresas o regalaron bonos a parejas", indica Outumuro. En las pastelerías los bombones y las tartas con lemas y colores abonados invariablemente al rojo y con forma de corazón fueron también los más vendidos para llevarse a casa.
