Los felos tienen mucha sierra que dominar, por eso empiezan muy temprano por la mañana a recorrer las aldeas. Desde niños muy pequeños a vecinos ya mayores conforman un auténtico ejército intergeneracional de máscaras que anuncia su llegada a las aldeas con el resonar de sus chocas. Su aspecto es similar al de cigarrones y peliqueiros pero tanto el traje como la máscara presentan notorias diferencias que hacen del felo un personaje único.

La cola de zorro en la parte superior de la mitra, la figura que siempre representa a un animal propio de la Serra de San Mamede, los calcetines negros o el 'cayado' con el que atrapan a los vecinos son algunos de los aspectos que le hacen singular. Su capacidad de supervivencia ha despertado gran interés y todos los años reciben visitas de escritores y antropólogos interesados en su figura e historia, como Emilio Araújo y Daniel Salgado, entre los que acudieron ayer.

Por cuestiones de logística, los felos se desplazan de una aldea a otra en autobús. Se reúnen en la Praza das Toldas a las 9.30 horas y desde ahí inician un recorrido que les lleva por la parte alta de la sierra visitando lugares como Castro de Escuadro, Pías, Xinzo da Costa, Celeirón, Barxela, Vilardecás, Carguizoi, Sarreaus o Tioira.

Los vecinos los reciben con mesas cargadas de empanada, embutidos, bica, vino y licor café. Pero antes, los felos les saludan, se cuelan en sus casas, les agarran con su 'cayado' y hacen alguna fechoría. En algunos pueblos son ya muy pocos los vecinos que les esperan por lo que siempre son bien recibidos.

La participación del felo en el Entroido de Maceda no acaba aquí. De regreso a la villa todavía les quedan fuerzas para un desfile por el centro urbano y hoy volverán a visitar al sierra. El martes aparecerán de nuevo en la capitalidad municipal abriendo el desfile de disfraces que arranca a las 17.00 horas de la calle Canteiras.