La magistrada del juzgado Penal 2 de Ourense considera probado que J. C. V. se apropió de 1.100 euros, a lo largo de unos cinco meses, entre el 1 de agosto de 2015 y el 31 de enero de 2016, en la casa donde trabajaba desde hacía años como empleada de hogar. La sentencia, que no es firme, la condena por un delito de hurto a 12 meses y 1 día de prisión, con la obligación de que devuelva a la perjudicada la cantidad sustraída más intereses.

La resolución, que no es firme y admite recurso a la Audiencia Provincial, establece la agravante de abuso de confianza de la acusada, que se aprovechó del conocimiento que tenía de las costumbres de la víctima, en cuyo domicilio llevaba varios años contratada.

La perjudicada instaló cámaras de videovigilancia en el domicilio. La acusada no negó en el juicio "en ningún momento" ser la persona que aparece en la grabación sustrayendo dinero en una ocasión, según destaca la juez. Las cámaras la captan cogiendo un billete de un fajo del interior de un bolso. "Si alguien se ve en la obligación de tener que poner una cámara de grabación es porque está sufriendo una situación de manera reiterada en el tiempo", señala la magistrada para apoyar la cifra que la víctima cree que le sustrajo la acusada.