La Oficina Técnica de la Sequía se reunió ayer para valorar la evolución de los indicadores hídricos en la demarcación del Miño-Sil y tomar decisiones respecto a la situación de alerta decretada el pasado mes de octubre. Asimismo, el presidente del organismo de cuenca, Francisco Marín, avanzó que la liquidación del canon hidráulico que la Confederación Hidrográfica ingresa de las eléctricas para el Estado se ha visto reducida a la mitad e en 2017 por la caída de la producción.

Desde que el Gobierno impuso en 2013 este canon a las empresas por los aprovechamientos hidroeléctricos, la Miño-Sil ha venido ingresando una media anual de 54,9 millones de euros. Sin embargo, en 2017 la actividad de las turbinas ha sido mucho menor debido a la sequía que afecta especialmente a la provincia de Ourense y esto se traduce en un recorte de 29,6 millones de euros en la cantidad media que esta figura fiscal reporta a las arcas del Estado.

Así lo explicó ayer Marín, tras recalcar que el canon hidráulico en la demarcación Miño-Sil es muy relevante debido a la importante concentración de presas que existen, una veintena solo en el territorio ourensano. El canon impuesto a las centrales eléctricas por la utilización de las aguas era del 22% en los primeros años de aplicación pero el pasado año se incrementó al 25%.

La recaudación correspondiente al ejercicio 2017 se ingresará el próximo mes de marzo. Según explicó ayer Francisco Marín, la recaudación media en los cuatro años previos fue de 54,9 millones de euros por el canon sobre el valor económico de la energía producida en las aguas de la demarcación.

El presidente de la Hidrográfica indicó que la media de turbinado durante esos cuatro primeros años fue de 47.000 hectómetros cúbicos, mientras que en 2017 solamente se turbinaron 21.850 hm3, o lo que es lo mismo, un 54% menos de la media. "Si aplicamos el porcentaje a los ingresos, resulta que el Estado va a dejar de percibir con la sequía 29,6 millones de euros". Es un dato "importante", añadió Marín, "porque esta demarcación está muy condicionada por los aprovechamientos hidroeléctricos y lo que se deja de percibir es una recaudación de impuestos que el Estado no va a realizar en 2017, por lo que tiene efecto para todos".

Respecto a la evolución de los indicadores hídricos, los datos están todavía lejos de la normalidad pero han mejorado respecto a la última reunión de la oficina de la Sequía celebrada el pasado 12 de enero. Los técnicos acordaron levantar el nivel de alerta en los dos sistemas del Miño (alto y bajo) y mantenerlo en prealerta, al igual que el Sil superior (León). Pero tanto el Cabe (sur de Lugo) como las cuencas del Limia y el Sil inferior se mantienen en situación de alerta. El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, señaló al término de la reunión que si bien "estamos mucho mejor que al inicio del año hidrológico el pasado 1 de octubre, la situación todavía no es de normalidad".

Hasta el pasado 4 de febrero la precipitación acumulada era de 435 litros por metro cuadrado, un 27% por debajo de la media histórica, que se sitúa en 599,7 l/m2. A pesar de que ha llovido un 27% menos, Marín destaca que tras dos meses de octubre y noviembre muy secos, en diciembre "empezó a cambiar la dinámica". De hecho, en diciembre se registraron 213 l/m2 frente a los 169 de media.

El incremento de las precipitaciones permite que, hasta la fecha, la CHMS cumpla con el compromiso de trasvase de aguas a Portugal, establecido por el convenio de Albufeira. Marín avanzó ayer que en los cuatro primeros meses del año hidrológico han pasado 1.475 hectómetros cúbicos, casi la mitad de los 3.700 exigidos al año.

Los embalses de la demarcación se encuentran a un 53,87% de su capacidad, un 2,87% más que hace un año pero todavía 15 puntos por debajo de la media de los últimos 12 años.

En este escenario, el presidente de la CHMS hace una llamada al consumo responsable y, si bien matiza que no se producirán restricciones en el abastecimiento, sostiene que lo "ideal" sería mantener e "interiorizar" las medidas de ahorro aplicadas en las villas y ciudades durante la alerta de sequía: "Si podemos ahorrar y no malgastar el recurso, mejor, porque hay costes económicos y medioambientales absurdos que se pueden evitar".

Aunque la previsión es de lluvia para los próximos días, las predicciones de la Aemet, la UE y la agencia americana que maneja la CHMS auguran que marzo y abril serán meses secos.