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José María Pérez Álvarez, "Chesi": "En el momento que un autor publica una obra la pierde, ya no le pertenece"

"Mi religión es la literatura, aunque no llena todas las facetas de la vida"

José María Pérez Álvarez acaba de sacar una nueva novela, "Predicciones catrastróficas". // Iñaki Osorio

Esta es la primera vez que escribe una novela, Predicciones catastróficas, en la que narra una historia de amor, enfocada desde el punto de vista humorístico. Pero probablemente esto no sorprenda al lector, porque la mayor parte de las obras de José María Pérez Álvarez, "Chesi", están impregnadas de humor.

-El sentido del humor, casi constituye un sello de la casa.

-Cada escritor tiene su manera particular de enfrentarse a una obra. Para mi es indispensable, incluso en las novelas más dramáticas, que haya un desvío o ramal que nos lleve al humor.

-¿El humor es necesario, como válvula de escape?

-Exactamente; en realidad el humor es una forma bastante inteligente de enfrentarse a la realidad, porque la vida es una cosa maravillosa, pero te da bofetadas constantemente.

-¿Usted es un hombre que no cree?

-Yo soy una persona que cree en muchísimas cosas.

-¿Teme al vacío?

-Yo creo, en primer lugar, en la literatura escrita y en la literatura leída. Mi religión es la literatura, aunque no me llena todas las facetas de la vida. Pese a todo, yo sigo creyendo en el ser humano y sigo creyendo en la gente. A mí me parece que el mundo, a pesar de que está mal, continúa avanzando. Yo soy un pesimista, pero pesimista-optimista, un pesimista con humor. Eso es lo que rescata a uno de una situación que no tiene salida. El humor, como dijiste antes, es la válvula de escape para enfrentarnos a las cosas malas y a las buenas que nos presta la vida de vez en cuando.

-¿José María Pérez siente vértigo ante algunas situaciones?

-Como otros muchos escritores, siento vértigo al concluir una novela, cuando uno se queda vacío, ante la duda de si le surgirá otra idea, que le permita iniciar otro proyecto literario. Pero además cuando un autor llega a mi edad, se pregunta si tendrá tiempo para poder concluir otra novela larga.

-Por lo tanto, en estos momentos Chesi se siente huérfano de Predicciones Catastróficas, la obra que acaba de parir.

-Sí, de alguna forma.

-¿Cada vez que un autor publica una obra, la gana o la pierde?

-Yo creo que esa obra se pierde, porque ya no es tuya. Es como cuando das una limosna: en el momento que tu das un dinero ya no te pertenece, está en manos de otra persona.

-Si su religión es la literatura, como confiesa en esta entrevista, estableciendo un paralelismo, ¿quién sería el Maestro y los apóstoles?

-Si establecemos un paralelismo, para mí dios, Jesús, sería Cervantes. Y los apóstoles, los autores que me gustan: el problema es que no podría reducirlo a doce nombres. Ahí metería a James Joyce, Julio Cortázar y Samuel Beckett.

-¿De dónde ha sacado el título de su última novela: Predicciones Catastróficas?

-Hace muchos años yo estaba sentado en la praza das Mercedes, cuando todavía era de tierra, vino una ráfaga de viento, que acercó hasta el banco en el que yo estaba sentado una hoja de un periódico, en la que pude leer el titular: "Predicciones catastróficas para el invierno que se avecina". Me quedó grabado aquel titular, de hace 35 o 40 años. Y como no tenía un título determinado para esta novela, decidí ponerle las dos primeras palabras de aquel titular.

-¿Qué predicciones catastróficas hay en su libro?

-Ninguna, es un libro de amor y de humor, fundamentalmente. Hombre, hay un personaje masculino, el protagonista, que está vencido por la vida. Pero la protagonista femenina tiene un futuro de lo más prometedor. Pese al título, no es en absoluto una novela pesimista.

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