No es la primera vez que el magistrado Francisco de Cominges, titular del Contencioso-Administrativo 1 de Ourense, acude en persona, para resolver dudas y clarificar su posición, a los lugares en los que ocurrieron los hechos de los pleitos que llegan a su juzgado. Lo hizo, por ejemplo, para inspeccionar el sitio en el que un adolescente sufrió una caída junto al río Barbaña, en la ciudad, en 2010 -condenó al Ayuntamiento a pagar 9.000 euros por la caída de unas piedras sobre el pie del menor, cuando bajaba al cauce a recoger la pelota-, y lo hizo ayer, en O Carballiño. El juez revisó in situ la escalera de la sede del Concello, donde el 27 de noviembre de 2015 una mujer se precipitó desde la primera planta con su nieto en el carrito, cuando dejaba el ascensor para hacer un trámite. Salió marcha atrás -en la planta baja había entrado en el elevador de frente, con el vehículo delante- y cayó porque el peldaño del primero está a solo 2 centímetros. Rodando escaleras abajo con la preocupación en todo momento de proteger al bebé, se fracturó los dos calcáneos -el hueso del talón-. El pequeño, por fortuna, no salió disparado y no sufrió lesiones.

En una demanda que dirige el abogado Juan Salgado Requejo, la víctima reclama 25.985,19 euros más intereses al Concello de O Carballiño - la aseguradora es responsable civil- por una responsabilidad patrimonial derivada de "un funcionamiento anormal del servicio público". La salida del ascensor "es un peligro innecesario e injustificado para los usuarios", dice esta parte. El 7 de noviembre se celebró el juicio y Cominges, sin que ningún abogado se lo pidiera, quiso aclarar dudas en el lugar de los hechos, en una diligencia final previa a la sentencia -que no admitirá recurso- a la que asistieron ayer la secretaria de su juzgado, el arquitecto del Concello, una arquitecta de la parte demandante, así como el abogado de la mujer y el de la compañía.

Insta a "hacer algo"

En una especie de reconocimiento de los hechos, la comisión judicial revisó el ascensor, subió al primer piso donde se produjo la caída y comparó la proximidad de la escalera al elevador con la distancia que existe en la segunda planta, donde el espacio hasta el peldaño es un poco mayor y el riesgo de un traspié, más reducido. Al magistrado, que hizo las conclusiones de esta diligencia en el salón de plenos, le preocupa que pueda haber más incidentes. Dijo al arquitecto municipal, según fuentes presenciales, que "hay que hacer algo, esto hay que arreglarlo", apuntando a una necesaria mejora de la seguridad en la salida del ascensor.

La parte demandante sostiene que el peligro de desnivel no está señalizado ni hay elementos de protección, y que debería existir una zona mínima necesaria de 1,50 por 1,50 metros frente al elevador con un espacio de giro suficiente. El Concello se escuda en que se cumple el requisito en la salida hacia delante y en que el proyecto del consistorio, cuya disposición de espacios está limitada por su carácter histórico, data ya del año 1994, cuando no regían los mismos requisitos de accesibilidad (la reforma finalizó en 1997). Sin embargo, el abogado demandante alude a una normativa sobre accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas -el Decreto 286/1992- que sí estaba vigente entonces. La parte añade que el proyecto contemplaba un espacio como el que media hasta el primer peldaño en el segundo piso, donde aun incumpliendo la normativa, no está tan cerca la salida del elevador.

Estuvo casi un mes ingresada

Los gritos de la mujer alertaron a la secretaria del alcalde, que fue la primera en auxiliarla. Un concejal se quedó con el menor en el salón de plenos. Tras el aviso al 112, la víctima fue trasladada al PAC de O Carballiño, donde la derivaron al CHUO. Le enyesaron el pie derecho y le operaron el izquierdo -en peor estado- para colocarle una placa y tornillos. Estuvo casi un mes ingresada, hasta el 21 de diciembre de 2015. Estuvo de baja, con 377 días de incapacidad temporal, pero además "sin percibo de prestación alguna y con muchas dificultades económicas para poder subsistir". La mujer arrastra secuelas.

El caso llegó al juzgado contencioso después de que el Concello descartara un nexo causal entre la caída y el funcionamiento del servicio público municipal. Tras registrar la reclamación en el Ayuntamiento, en noviembre de 2016, se colocó un cartel en la planta baja en el que se pedía cuidado al público con el escalón del primero. El papel fue retirado. Días antes del juicio se instaló una maceta robusta en el peldaño próximo al ascensor, según las pruebas en fotografía de la parte demandante.