Precipitaciones que en una sola jornada superaron los registros acumulados en semanas o meses no han bastado para decir adiós a la alerta por sequía, un quebradero en una comunidad poco acostumbrada a no ver llover. En la cuenca hidrográfica del Miño-Sil, la situación de escasez persiste pese a la tromba que la borrasca 'Ana' dejó en la provincia de Ourense con registros de más de 200 litros por metro cuadrado en Beariz, 184 en Entrimo -donde cayó más que lo acumulado desde octubre-, o 132 litros por metro cuadrado en Vilariño de Conso. El agua ha mitigado la falta de lluvias, como es lógico, pero no aplacó el problema. "Harían falta 4 o 5 borrascas más como esta para entrar en una situación de normalidad", dice de forma elocuente Francisco Marín, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS).

La tromba del domingo redujo el déficit. La semana pasada el nivel de precipitaciones era un 65% inferior a la media histórica, ayer se situaba en el 39 %. En el presente año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre, la media acumulada hasta este domingo es de 222,4 litros por metro cuadrado. El aporte principal vino con 'Ana': una media de 103,8 l/m2. Las lluvias torrenciales alimentaron un poco los embalses de la cuenca, con un aumento medio del 1,7% que los deja en el 45,5 % de su capacidad máxima, lejos de la cantidad de agua embalsada hace un año, 59,25 %, y más aún del promedio histórico en estas fechas del año, 66,07 %. "Es necesario que siga lloviendo. Si nos encontramos con 10 días seguidos de sequía, el caudal bajará muchísimo", avisa Marín, deseoso de que acierten las previsiones de meteorólogos de Estados Unidos que auguran un principio de año con más chubascos.

Ayer era día de balance de daños. El número de incidencias por el temporal en toda la provincia de Ourense superó el centenar. Según las que fueron comunicadas al 112, hubo 69 incidencias durante la noche del domingo al lunes, que se sumaban a las 37 contabilizadas entre las 8 de la mañana y las 20 horas del domingo. Ribadavia ha sido uno de los municipios más afectados, con la crecida de afluentes como el Outeiro y el Maquiáns. En A Veronza resultó dañado parte de un puente medieval, el agua turbia inundó un bar así como un restaurante y la crecida estuvo cerca de afectar al centro de salud al colegio Tomás de Lemos. El alcalde, Nacho Gómez (PSdeG), pedirá al CHMS apoyo para evitar más incidentes por las crecidas en la zona, porque en febrero ya se registraron daños por la subida del caudal en un punto próximo. "Era imprevisible, la fuerza con la que bajaba el agua fue tremendo. Los incendios hicieron que no tenga obstáculos".

Daños en colegios y apagones

La madrugada del domingo al lunes se comunicaron al 112 varias incidencias en los municipios de Pereiro de Aguiar y Verín. En la ciudad, según el Concello de Ourense, hubo un total de 28 intervenciones relacionadas con la ciclogénesis solo entre las 21.30 y 1.30 horas. En el CEIP de Seixalbo volaron algunas placas en el tejado, y se produjeron filtraciones en el Amadeo Rodríguez Barroso, el Manuel Luís Acuña y en el edificio de ESO del CPI Antonio Faílde de Coles. El CEIP Rogelio García Yáñez (Ramirás) y el de Medeiros, en Monterrei, registraron problemas por falta de luz.

Un total de 1.924 suministros permanecían sin luz ayer a las 17 horas en la provincia, según datos de Gas Natural recogidos por Europa Press.

A medida que remitían las lluvias y el viento -ayer, por ejemplo, las precipitaciones en Vilariño de Conso eran normales, 20 litros por metro cuadrado, 23 en Muíños-, bajaba la temperatura y aparecía la nieve dando el relevo, con una cota que fue descendiendo hasta los 800 metros. Cayeron copos con consistencia en Cabeza de Manzaneda, cumbres de la Baixa Limia y puntos del sur y el extremo oriental de la provincia de Ourense, como Cualedro, Viana do Bolo y A Mezquita. Hubo algunas complicaciones para la circulación. En la OU-533, (A Gudiña - A Rúa) se cortó el paso para camiones en el Alto do Covelo, en Viana do Bolo. Se requería extremar la precaución por la N-525 (Zamora - Santiago), entre los kilómetros 115 y 120 (A Mezquita), y en la A-52 (Benavente Porriño), entre los kilómetros 112 y 130, en el puerto de la A Canda, en la salida de Galicia hacia la Meseta.