Maribel Montaño y Noemí Martínez forman parte del relevo generacional que se produjo en la plaza tras la campaña de captación de nuevos emprendedores. Están al frente de uno de esos originales quioscos de la zona de rianxo, el Café G4. En su caso han optado por el realojo provisional en la Alameda.

"Creemos que las obras pueden perjudicarnos, pero estamos totalmente a favor de esa reforma". Son de las que creen que, aunque no haya un compromiso firme de la fecha de inicio de la segunda fase de la plaza que incluya la reforma integral del rianxo, "sí sabemos que tienen previsto hacer reforma de este entorno y que se hará de forma inmediata cuando remate la rehabilitación del edificio de la plaza, explican. Solo piden una cosa, que la obra que se haga mantenga en lo posible este concepto actual. "Nos gustaría que mantengan esos quioscos tradicionales, aún cuando se reformen todos por dentro y por fuera", proponen.

Rubén Caeiro optó por dejar sus dos puestos actuales en la zona de rianxo abiertos al público, pero al mismo tiempo ha pedido un espacio en el edificio de realojo en la parte superior de la Alameda.

"Tendré que adaptar mi frutería actual, que son en realidad dos puestos y muy amplios, a un futuro espacio arriba que ni conozco, pero que ya sé que va a medir tres por dos metros y cuyas obras costeamos nosotros", indica con temor.

Reconoce que va a ser difícil exponer toda la mercancía, mayoría productos llegados de pequeñas huertas tradicionales o de pequeños proveedores en un espacio tan pequeño. "Pero el peor problema será para aquellos que tengan que trasladar grandes cámaras frigoríficas", reconoce Rubén. Pero al igual que el resto de los comerciantes y la propia gerencia, considera que "cualquier obra en esta zona es buena y muy necesaria para todos, solo queda desear que cumplan los plazos".