El esmero policial ha dado al traste con plantaciones clandestinas, trapicheo en bares y pubs, y en viviendas utilizadas para la venta al menudeo y el consumo. Los golpes contra el cultivo y distribución de marihuana están siendo las operaciones principales del grupo de estupefacientes de la comisaría de Ourense, una unidad pequeña -con solo 4 agentes, incluido el jefe- pero que ha ido hilvanando investigaciones mes a mes, sumando decomisos y detenciones. En la lucha contra el narcotráfico en la ciudad también juega un papel relevante la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), que con 11 funcionarios en el subgrupo, ha sido responsable de varias intervenciones exitosas. La comisaría ourensana ha echado por tierra las pretensiones de 33 presuntos traficantes que, hasta el momento, han pasado por los calabozos desde enero. En lo que va de año la cantidad de droga incautada -marihuana, sobre todo- suma un valor aproximado en el mercado negro de 315.700 euros.

La Policía ha sacado de la circulación unos 200 kilos de marihuana, con un precio aproximado en el mercado negro -varía según el coste por gramo en cada momento- de 300.000 euros. En lo que va de año, la comisaría se ha incautado de 700 gramos de hachís -valorados en 4.550 euros-, 137 gramos de cocaína -8.150 euros, aproximadamente- y 30 gramos de heroína, cuyo valor estimado en la calle es de 3.000 euros.

La operación más destacada de 2017 fructificó a mediados de octubre. En colaboración con el Grupo de Estupefacientes de León, la UDEV Tráfico de Drogas Grupo XIV y la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO), la comisaría de Ourense detuvo a tres ciudadanos chinos y desmanteló una plantación industrial de marihuana oculta en una nave del polígono de San Cibrao que, aparentemente, carecía de actividad. Se decomisaron 3.800 macetas. Había ventiladores, sistema de riego y focos para favorecer el crecimiento.

En la llamada operación Mastín fueron apresados los tres individuos chinos que hacían vida en el recinto, mientras que en Madrid cayeron otras dos personas, de nacionalidad española. Esta supuesta mafia pretendía exportar la marihuana a Reino Unido. Se trata de la mayor incautación de esta droga que ha realizado la Policía en Ourense hasta ahora. Fue el primer golpe de las autoridades en Galicia contra bandas de ciudadanos asiáticos presuntamente implicadas en el negocio de la marihuana, una vía en la que la mafia china se ha ido abriendo camino en los últimos años.

En noviembre, otra intervención contra el cultivo de marihuana finalizó con el arresto de los hermanos J. G. C. y J. G.C., de 46 y 42 años. Tenían una plantación de 85 plantas en su piso de la calle Saínza, que dio nombre a la operación. El olor de la droga se apreciaba desde la calle y era más intenso en el rellano y las zonas comunes del edificio. También se escuchaba un ruido constante de aparatos eléctricos. Los hermanos, que ejecutaban presuntamente todo el proceso (siembra, secado y comercialización de la droga) carecían de antecedentes policiales. Se enfrentan a un segundo delito de defraudación de fluido eléctrico.

En agosto pasado, un vecino de la ciudad de 34 años, A. M. R., fue detenido con 354,4 gramos de marihuana que llevaba a un cliente. En este mes fueron detenidos dos presuntos traficantes menores de edad. La operación Griffa dio con la detención de G. J. F. en febrero por cultivar 32,5 kilos de marihuana. Se hallaron 1000 esquejes y 903 platas en proceso de secado.

En mayo daba resultado otra de las operaciones destacadas de este año. A. B. Á., Y. B. O. y J. R. I. C. habían convertido sus viviendas en una especie de supermercados de la droga. Fueron detenidos en Covadonga con 219 papelinas de cocaína y 102 de heroína. La Policía halló, además, una pistola detonadora, una carabina, una catana y 3.576 euros. Una de las viviendas dedicadas a la distribución ofrecía a los toxicómanos la posibilidad de consumir allí mismo la droga, en una habitación habilitada como "narcosala".

Una de las máximas del comisario de Ourense, Antonio Álvarez, ha sido la desarticulación de zonas de trapicheo, los denominados "puntos negros", que empeoran la calidad de vida de los vecinos y se convierten en foco de conflictos. En esta actividad antidroga de proximidad se centran la UPR y el grupo provincial de estupefacientes. En lo que va de año la Policía ha llevado a cabo varias redadas en pubs y en bares, donde han decomisado dosis de cocaína y bellotas de hachís.