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El jurado declara desierto el XXXVI Premio Blanco Amor de novela larga

Tosar explica que la decisión fue tomada por unanimidad, al considerar que "ninguno de los veinte originales presentados alcanza la calidad necesaria" para lograr el galardón

Reunión del jurado que ha dejado desierto el Premio Eduardo Blanco Amor. // FdV

El jurado ha declarado desierto, por unanimidad, el Premio Blanco Amor de Novela larga, al considerar que "ninguno de los veinte originales presentados alcanza la calidad necesaria para ser premiado". Adoptó esta decisión, en virtud de la cláusula octava de las bases reguladoras de la convocatoria, porque "un premio que lleva el nombre de Eduardo Blanco Amor debe procurar, como único objetivo, la excelencia literaria". La Diputación de Ourense tendrá que decidir ahora qué hace con la partida de 16.000 euros, con la que pretendía premiar al autor ganador de esta edición.

Los responsables de esta decisión son el presidente del jurado y de Pen Clube Galicia, Luís González Tosar; el novelista y ganador de este certamen en el año 2000, Xosé Carlos Caneiro; la crítica literaria Montse Pena Presas; la filóloga y poeta ourensana Alba Cid Fernández, y el crítico literario César Lorenzo Gil. González Tosar destaca "la valentía que ha tenido el jurado" para dejar el premio desierto.

González Tosar advierte que tras 36 años de historia, el Premio Blanco Amor "no es un galardón menor ni circunstancial", al convertirse en "un referente". Por lo tanto, sostiene que "un premio de esta categoría exige originales que tengan altura y contribuyan a dignificar el sistema literario gallego".

Parece evidente la crisis en la que ha entrado este premio, al que solamente han concurrido en esta edición 20 obras, bajo la organización de la Diputación de Ourense, frente a los momentos de mayor esplendor, en los que estuvieron implicados 52 concellos de las cuatro provincias gallegas, organizando el certamen de forma rotatoria. El premio fue creado en 1981, por iniciativa del Concello de Redondela.

Luís González Tosar reconoce que ha bajado mucho el número de originales que concurren al concurso, porque "la narrativa gallega, la novelística, no pasa por su mejor momento". Por lo tanto, contempla la actitud del jurado que ha presidido, como "un acto de responsabilidad" y "un toque de atención". En ese sentido, señala: "Si hubiéramos premiado cualquiera de las obras presentadas, no le estaríamos haciendo ningún favor a la figura de Blanco Amor ni a la creación literaria en gallego actual".

El presidente del jurado se muestra partidario de "romper la dinámica de estarnos dando coba a nosotros mismos, unos a los otros, porque eso no sería actuar con responsabilidad". Esa fue la actitud que adoptó, según su criterio, porque las veinte obras presentadas "tenían un nivel menos que aceptable".

La tarea del jurado, según González Tosar, es "exigir la excelencia, no conformarse con la medianía", porque "ser autocomplacientes no nos vale para nada".

A pesar de que el premio ha quedado desierto, esto no va a impedir que se pueda celebrar la cena literaria en la que debería entregarse el galardón, reconvertirá en un homenaje a la figura de Eduardo Blanco Amor, además de "un marco de reflexión para intentar que el premio vaya a más".

El viernes 1 de diciembre se realizará la ofrenda floral ante la tumba del escritor, a las 12 de la mañana, en el aniversario de su muerte, organizado por Pen Clube de Galicia. Esta entidad ha gestionado la publicación de A esmorga en inglés y la colocación de una estatua del escritor en la Alameda de Arriba, obra de Xosé Cid. En fechas próximas intentará que se publique en inglés la gran novela escrita en castellano La catedral y el niño, que "engrandece la ciudad de Ourense".

Recientemente se ha constituido la Fundación Eduardo Blanco Amor, que será la encargada a partir de ahora de la organización del premio de novela larga que lleva el nombre del autor de A esmorga.

Los ganadores del Premio Blanco Amor de Novela han sido Miguel Anxo Fernández, en 2016, con Blues para Moraima; en 2015 lo ganó Xavier Queipo, con Os Kowa; en 2014 fue para Fran P. Lorenzo, con Cabalos e lobos; 2013, Jorge Llorca Freire, con O violín de Rembrand; 2012, Ignacio Vidal Portabales, Dióxenes en Dolorida; 2011, Manuel Lourenzo González, con ATL; 2010, Iván García Campos, con O imposible de desatar; 2009, Luís Rei Núñez, con Monte Louro; 2007, Inma López Silva, con Memorias da cidade sen luz; 2006, Xesús Rábade Paredes, con Mentres a herba medra; 2005, Francisco Castro Veloso, con Spam; 2004, Dolores Ruiz Gestoso, con Dentro da illa; 2003, Séchu Sende, con Orixe; 2002, Xosé Monteagudo, con As voces da noticia; 2001, Xosé Antonio Perozo, con Martázul; 2000, Xosé Carlos Caneiro, con Ébora; 1999, Xosé Cid Cabido, con Grupo abeliano; 1998, Xavier Alcalá, con Alén da desventura; 1997, Suso de Toro, con Calzados Lola; 1996, Xavier Lorenzo Tomé, con O paxaro que canta un nome; 1994: Xosé Cid Cabido, con Panificadora; 1993, Úrsula Heinze, con Culpable de asesinato; 1992, Ramón Caride Ogando, con Soños eléctricos; 1991, Fran Alonso, con Tráiler; 1990, Valentín Carrera, con Río Sil; 1989, Román Raña, con O crime da rúa da Moeda Vella; 1988, Miguel Suárez Abel, con Turbo; 1987, Isaac Otero, con O sorriso de Gardel; 1986, Lois Diéguez, con A canción do vagamundo; 1985, Xoán Manuel Casado, con O inverno do lobo; 1984, Alfredo Conde, con Xa vai o Griffon no vento; 1983, Xosé Manuel Martínez Oca, con Beiramar; 1982, Víctor Fernández Freixanes, con O triángulo inscrito na circunferencia; y en 1981, Daniel Cortezón, A vila sulagada.

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