Un joven ourensano de 25 años de edad sufría el 15 de diciembre de 2013 un accidente de tráfico leve por el que fue ingresado en las urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). El chico moría tres días después, víctima de un tromboembolismo pulmonar, y ahora el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) condena al Sergas a pagar una indemnización de 100.000 euros a su familia por lo que considera "mala praxis asistencial".

Según relata el Alto Tribunal en su sentencia, "no se utilizaron medidas físicas preventivas" para evitar la formación de trombos, como una precoz movilización del enfermo, el empleo de medidas elásticas o bien de tratamiento farmacológico "en prevención de males mayores, como tristemente evidenció la realidad". La familia de la víctima había presentado un recurso a la anterior sentencia en la que solicitaba una indemnización mayor.

La sala le ha dado la razón y estima "más adecuado" el pago de "85.000 euros a sus padres y 15.000 a su hermano", frente a lo estipulado en primera estancia, cuando se le concedían 55.000 y 5.000 euros, respectivamente. Las cantidades eran, según el fallo emitido por el TSXG, "desajustadas" al daño moral recibido.

El tribunal le ha dado la razón a la familia del joven basándose en "la juventud del fallecido y la escasa gravedad de las consecuencias derivadas del accidente de tráfico que provocó su ingreso en el CHUO, nunca determinantes, por sí solas, en principio, del fatal desenlace producido, de no mediar otras circunstancias concurrentes que condujeron a la muerte del paciente y en las que se aprecia una mala práctica".

El juez también destaca que un familiar alertó en el momento de los hechos a los facultativos de que el joven presentaba dolores, mareo y sudores. Unos síntomas que, según el TSXG, "deberían haber hecho sospechar de la posibilidad de que en el organismo del paciente se estuviese desarrollando un proceso clínico de profundo calado y gravedad y, por tanto, actuar en consecuencia".

Los hechos

Los hechos que se condenan en la sentencia sucedían el 15 de diciembre del año 2013, cuando la víctima, tras sufrir un accidente de tráfico, ingresó en el servicio de urgencias del hospital ourensano. Allí le diagnosticaron un traumatismo craneoencefálico leve, un trauma torácico y un herida inciso-contusa en la rodilla izquierda, por lo que el accidentado ingresó en la planta de Traumatología, donde fallecería el día 18 de diciembre.