Un nuevo intento. En este caso de la mano del grupo de Democracia Ourensana, a través de una iniciativa que llevará al plenario de diciembre, y que tiene como objetivo la ampliación de la plaza de San Martiño y el embellecimiento del entorno de la catedral a través de la liberación de ese espacio, mediante a supresión, bien la demolición o trasladado, del antiguo edificio de la Policía Local, en la parte izquierda de la escalinata de acceso a la catedral.

De ahí que se solicite que por parte del alcalde se realicen las negociaciones, estudios económicos y técnicos necesarios, incluyendo las posibles modificaciones en el futuro PERI, entre otras cuestiones, para evaluar la viabilidad de liberar y ampliar espacio en la plaza de San Martiño mediante dicha supresión arquitectónica. Además, por parte de DO se insta a la Xunta a que financie los costes económicos del proyecto completo, alegando la contrastada importancia arquitectónica a la que afecta su actual ubicación, la segunda catedral en importancia de Galicia.

Tremendo error

Lo que también se esgrime por parte de DO es que desde hace años la opinión de la mayoría de la población es "no comprender el tremendo error de aprobar la construcción de un edificio que básicamente desvirtúa y disfraza el impacto visual de uno de los principales elementos turísticos de la ciudad", en alusión a la catedral, a la que está pegada el edificio.

Sobre esta cuestión consideran que es un "triste ejemplo de la construcción sin sentido de hace años, e incluso del ya tristemente conocido feísmo arquitectónico gallego". Para señalar que ya desde el primer momento en el que se alzó el edificio no se comprendía cómo un proyecto urbanístico que en su concepción original no recogía nada más que espacios abiertos hasta la Plaza Mayor, manteniendo de esta forma otra amplia plaza para la zona, ha terminado dejando a la plaza de Santa Eufemia reducida a un cruce de caminos, por autorizar la construcción ya no de solo de uno, sino de dos edificios, uno a cada lado de la escalinata que da acceso a la catedral.

Uno de los inconvenientes es que la Xunta en su momento denegó la demolición, que según los expertos podría tener encaje en la revisión que se hace del PERI, que le podría dar respuesta a lo que desde DO se considera como "una reclamación histórica". Además de "dar solución de una vez a esta situación que lleva ya más de una década generando polémica y desvirtuando una de las localizaciones más emblemáticas de la ciudad".