Son ya más de veinte años desde que aquel primer PERI pasó el visto bueno del pleno y, ayudado por la imparable llegada entonces, de subvenciones de los fondos europeos, comenzó su trayectoria con la concesión de ayudas para la rehabilitación.

Son mas de 1.200 viviendas rehabilitadas, pero queda aún mucho por hacer. Lo que si se consiguió en estas dos décadas del primer PERI, "es reducir el número de locales de prostitución y la presencia de puntos de tráfico de drogas en la calle, podemos decir que si había doce locales de prostitución o más, ahora quedan tres o cuatro y reducidos a la calle Pelayo y alguna zona de su entorno", explica la presidenta de la Asociación Casco Vello.

También la policía conoce algún foco puntual de trapicheo de droga "pero no son más que en otro barrio de la ciudad", explica María Justa Gutiérrez

La rehabilitación ha permitido en estos años eliminar la peligrosidad de zonas entonces marginales, como las plazas Plaza de San Marcial a Saco y Arce. "De hecho empiezan a llegar parejas jóvenes a casas rehabilitadas, algo que cuando se aprobó el PERI no existía", indica la presidenta vecinal. En aquel momento el mal estado de los edificios las habían convertido en guetos de personas de avanzada edad, infraviviendas que, en muchos caso carecían de servicios higiénicos básicos. Son solo 21 años, poco en el calendario pero "se ha ido avanzando", indica la portavoz vecinal. Ahora los problemas son similares a los de otros barrios de la ciudad "y otros como el botellón no están en el casco viejo, sino que se trasladaron a la Alameda", explica.