El local de la Federación Vecinal Miño acogió ayer una convivencia de mujeres de diversas procedencias que residen en Ourense en la que la música y la gastronomía tendieron lazos de unión.
La actividad, organizada por la Marcha Mundial das Mulleres, pretende crear un espacio de encuentro entre estas mujeres para intercambiar cultura y experiencias.
La fiesta consistió en una comida comunitaria en la que los diferentes colectivos presentaron los platos típicos de su cocina tradicional. También la música identitaria sirvió como elemento de conexión.