El Campus de Ourense y el CHUO se proponen estrechar lazos, y el estreno del nuevo edificio de hospitalización abre un mundo nuevo de posibilidades. El vicerrector, Virxilio Rodríguez, aseguraba ayer durante una visita a estas instalaciones sanitarias, en la que le acompañaron los responsables de los distintos centros universitarios, que se busca "una colaboración permanente y estructural con el hospital para impulsar mejores y más proyectos".

Una relación que se materializará con el envío de estudiantes de los últimos cursos de las distintas titulaciones para la realización de prácticas profesionales o de sus trabajos de fin de grado, sobre todo, dentro de los 23 proyectos del Living Lab, un programa de innovación que permite a los profesionales trabajar con pacientes reales y en situaciones reales.

"Lo que más se necesita dentro de nuestros programas de innovación centrados en la humanización de la experiencia en el centro hospitalario, es personal y tiempo", explicaba el especialista en Medicina Interna y responsable de uno de estos proyectos, el doctor Juan José González Soler.

Sin embargo, no será esta sinergia la primera que une a las dos instituciones. Tienen ya experiencias anteriores de colaboración. "Se trata de un hospital universitario, por lo que ya hay personal implicado en las investigaciones del Sergas desde hace tiempo", recordaba el vicerrector. Una realidad que se valora además como "muy positiva".

Desde el otro extremo de esta unión, el doctor Xoan Miguéns, jefe del servicio de Rehabilitación del CHUO, una especialidad con la que están relacionados una buena parte de los 23 proyectos de la nueva sección de innovación, se encargó de guiarlos por las instalaciones del Hospital 2050.

El doctor Miguéns abundaba en la idea de que no son novatos en eso de trabajar codo con codo con la Universidad. Pero sí que reconocía que "ya que tenemos un entorno que posibilita realizar proyectos de innovación hospitalaria con enfermos reales, es interesante facilitar a los representantes de la comunidad universitaria la información necesaria para poder abrir nuevas líneas de trabajo conjunto". Este especialista en Rehabilitación recalcaba el papel de la Universidad: "representa un polo muy importante dentro de la estructura científica del país".

Sin embargo, la participación en estos proyectos no se verá limitada solamente a los estudiantes, aunque si se centrará en ellos, especialmente en los de la rama de lo social, una parte importante de los estudios que ofrece el Campus ourensano. La Universidad de Vigo, a través de sus programas de voluntariado podrá también abrir la puerta a otro tipo de colectivos que quieran participar. "Existen actividades que están pensadas para ser desarrolladas bajo la cobertura de un programa de voluntariado, en las que ellos atiendan determinadas líneas de investigación y colaboren directamente con los enfermos", detallaba en el doctor Miguéns.

Esta oportunidad de tender puentes entre los dos ámbitos, también será ocasión para que el Campus refuerce, un poco más, su dimensión sanitaria. Una faceta a la que ya contribuye la existencia de la Escuela de Enfermería, que aunque dependiente del Sergas, "el título y los estudios están integrados en la universidad de Vigo y nosotros la sentimos como una escuela más", confesaba Virxilio Rodríguez.

Además de esta vinculación con el área de la salud, el Campus de Ourense gestiona las prácticas clínicas de los estudiantes de último año de Medicina que escogen la provincia para su formación profesional, gracias a un convenio firmado recientemente por las tres universidades gallegas y la Xunta. De lo que se trata ahora es, según el vicerrector, de "dimensionar esa vertiente en el ámbito de la investigación para darle más pulo" a ese apartado.

La visita al nuevo edificio de hospitalización del CHUO capitaneada por el doctor Miguéns, contó con la presencia del vicerrector, pero también de José María Faílde, director del Área de Planificación; Francisco Javier Rajo, director del Área de Desarrollo de Infraestructuras; Arno Formella, director del la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espazo; Francisco Javier Rodríguez, director de la Escuela Superior de Ingeniería Informática; Gil Garrote, decano de la Facultad de Ciencias; Elena Rivo, decana de la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo; Marta Fernández, decana de la Facultad de Derecho, y Milagros Fernández, directora de la Escuela Universitaria de Enfermería.

Juntos conocieron algunos de los proyectos en marcha, como el posturógrafo, un simulador para cuadros vertiginosos que valora el equilibrio y que constituye un sistema de diagnóstico y también tratamiento. O el electromiógrafo de superficie que sirve para aportar información sobre el estado de los músculos de pacientes encamados durante largas temporadas.